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Placenta calcificada en la semana 37

Placenta calcificada en la semana 37

Cuando la placenta envejece prematuramente se llena de depósitos de calcio que impiden el correcto suministro de oxígeno y alimentos al bebé, con lo que se debe provocar el parto para garantizar el bienestar fetal.

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Índice

 

¿Qué es la placenta y para qué sirve?

La placenta comienza a crearse desde el mismo momento en el que el óvulo es fecundado a partir del saco amniótico, aunque no completa su desarrollo hasta la semana 12 más o menos.

Es un órgano de unos 25 centímetros de diámetro y 2,5 centímetros de grosor y está unida por un lado a la pared del útero y por otro al bebé. De ella sale el cordón umbilical que une al feto con el sistema circulatorio de la madre.

Su función es la de suministrar oxígeno y nutrientes al bebé, además de eliminar sus desechos y protegerle frente a posibles infecciones. También fabrica hormonas fundamentales para el embarazo (estrógeno, progesterona, gonadotropina coriónica humana (hCG), lactógeno placentario humano y hormonas esteroideas).
 

¿Qué significa que la placenta está calcificada?


La placenta va madurando a lo largo de toda la gestación y, hacia el final del tercer trimestre, comienza a envejecer. Cuando esto ocurre se llena de depósitos de calcio que impiden la correcta entrada y salida de oxígeno, nutrientes y desechos, por lo que el bebé pierde su bienestar dentro del útero materno y se pone en peligro su vida, además de crecer y engordar menos de lo que debería ya que no le llega el alimento suficiente.

Es lo que se conoce como placenta calcificada o vieja. Si la calcificación ocurre antes de la semana 40, es necesario inducir el parto o practicar una cesárea ya que si no, el feto podría morir.

No obstante, debes tener en cuenta que es normal que la placenta vaya envejeciendo a medida que transcurren las semanas, aunque este grado de calcificación varía según la madurez y la semana gestacional:

- Grado 0 (menos de 18 semanas): es el nivel más joven. La placa basal (aquella que está más cerca del útero) es igual que la placa corial (la que está más cerca del feto).

- Grado I (entre la semana 18 y la 29): se detectan pequeñas zonas de color blanco en la ecografía en la placa corial, pero la placa basal no presenta calcificaciones.

- Grado II (más de 30 semanas): la placa basal parece que está separada del miometrio, mientras que en la placa corial se visualizan calcificaciones difusas.

- Grado III (más de 39 semanas): son las placentas con gran depósito de calcio a todos los niveles.

Por lo tanto, es normal que en la semana 37 de gestación la placenta esté calcificada en grado II, pero no que alcance ya el grado III, ya que las calcificaciones impiden su correcto funcionamiento, lo que afecta al oxígeno y los nutrientes que recibe el feto.

Generalmente, la placenta calcificada se encuentra en mujeres de más de 41 semanas de gestación, cuando el embarazo se alarga más de lo debido. Sin embargo, a veces este proceso ocurre antes de lo normal y se puede encontrar una placenta calcificada en la semana 37.
 

¿Cuáles son las posibles causas del envejecimiento de la placenta?


Algunos factores que podrían influir en el envejecimiento prematuro de la placenta son:

- El consumo de tabaco, que puede provocar la calcificación de este órgano, además de muchos otros problemas de desarrollo al feto.

- Enfermedades como la hipertensión o la diabetes.

- Enfermedades renales y vasculares.

- El síndrome antifosfolipídico, que afecta al sistema inmunológico y que provoca que la madre genere anticuerpos que atacan a este órgano.

- Partos previos con cesárea.
 

¿Cuál es el tratamiento para la placenta calcificada?

En estos casos, el único tratamiento posible es el parto, con lo que se provocará el mismo o se realizará una cesárea, según el obstetra considere mejor, para que el bebé empiece su vida fuera del útero cuanto antes.

Además hay que tener en cuenta que, en la semana 37, el feto ya es viable y se considera a término, por lo que se puede provocar el parto sin problemas, puesto que el bebé ya ha madurado lo suficiente y, si la placenta ya no funciona bien, estará mejor fuera que dentro del útero materno.

Asimismo, para evitar en la medida de lo posible que la placenta envejezca antes de tiempo, se recomienda no fumar, llevar una dieta sana, evitar el sobrepeso, hacer ejercicio de manera regular y asistir a todos los controles rutinarios de medicina y pruebas del embarazo para que se pueda detectar de manera prematura la placenta calcificada y evitar riesgos y problemas graves al feto, incluida la muerte fetal si pasa mucho tiempo con la placenta envejecida.


Fuentes:

“El proceso de calcificación de la placenta humana” Gaceta médica de Caracas 106(4):496-501

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Fecha de actualización: 26-08-2020

Redacción: Irene García

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