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¡Me voy de viaje! ¿Embarazada?

¡Me voy de viaje! ¿Embarazada?

Queda poco para aquel viaje soñado, aunque cuando lo reservaste no sabías que estarías embarazada en estas fechas y ahora no quieres cancelar tus ansiados días libres; ni tampoco el viaje a casa de tus padres con los que pensabais pasar algún día, simplemente por el hecho de que una barriga se interponga en tu camino.

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Indice

 

Pues no tienes por qué preocuparte: hoy en día, en la mayoría de los casos, es posible viajar hasta (casi) la fecha prevista para el parto. Actualmente la mayoría de los medios de transporte transcurren con mucha seguridad, mejores facilidades y comodidad.

A continuación encontrarás unos consejos muy útiles, para que, vayas como vayas, sepas cuándo, cómo, dónde y qué cuidados tener cuando planees hacer un viaje, ya sea a Cádiz, a Estados Unidos o al lejano Oriente.
 

Antes de salir de viaje

Para comenzar nada mejor que consultar a tu médico tu caso particular. Él seguramente te ayudará a decidir. Conoce tu embarazo y sabrá mejor que nadie si está contraindicado el viaje.

Si tu destino es tropical (África, Asia o Latinoamérica) deberás informarte de las medidas preventivas a adoptar antes, durante y después del viaje.

Tendrás que saber qué vacunas debes ponerte, si es necesario hacer una profilaxis y cuál. Las vacunas contra enfermedades relacionadas con ciertos destinos turísticos como la hepatitis A, el tifus o la fiebre amarilla son aconsejables ponérselas antes del embarazo; siempre es mejor prevenir para evitar riesgos innecesarios.

Averigua de qué tipo de servicios sanitarios dispone tu destino y asegúrate de que haya un hospital cercano a tu alojamiento, por si necesitaras ir en cualquier momento.
No te olvides de llevar todos los documentos contigo (la tarjeta sanitaria, historial de embarazo, etc.) Tampoco está de más comprobar si tu seguro de viajes cubre el embarazo.

Infórmate en cuanto a higiene personal, sobre la calidad del agua y de los alimentos.
Toma medidas para la exposición solar, las temperaturas extremas y la altitud.

Deberás conocer también, antes de emprender tu viaje, la calidad de la asistencia médica y de la seguridad en el destino y qué botiquín debes llevar contigo.


¿Cuál es la mejor etapa del embarazo para viajar?

El mejor momento del embarazo para viajar es entre las semanas 14ª y 28ª. Por un lado las náuseas, los vómitos y la somnolencia habrán pasado. Por otro, la hinchazón de piernas todavía no habrá comenzado y en vista de que todavía no tendrás una barriga enorme, aún conservarás la agilidad física y la energía suficiente para pegarte grandes caminatas. También durante este periodo se soporta mejor estar sentada durante horas, una postura que exigen prácticamente todos los viajes. Aunque lo hagas en avión, en tren o en barco podrás levantarte y andar un poco.


¿Cuándo está contraindicado?

 

Hemorragias, contracciones frecuentes, cansancio acentuado, antecedentes de aborto, problemas en la placenta, etc. Existen algunos factores que pueden desaconsejar un viaje o hacer que sea necesario cambiar el medio de transporte que pensabas utilizar. Consulta a tu médico antes de embarcar, nadie mejor que él conoce tus problemas de salud y la evolución de tu embarazo.


¿Dónde se puede viajar estando embarazada?

Prácticamente a cualquier lugar. Aunque antes de que trates de emular a Phileas Fogg te conviene saber que algunos destinos suponen riesgos elevados no sólo para una embarazada, sino para cualquier viajero: deficientes condiciones sanitarias, enfermedades endémicas, conflictos políticos y sociales, clima muy diferente al que estás habituada, etc.

Al planear un viaje a un lugar con gran altitud (más de 2500 metros) o países con temperaturas extremas, cuenta con algunos días de adaptación a estas nuevas condiciones de presión o de temperatura.


¿En qué medio de transporte se aconseja viajar durante el embarazo?

Tren: Es uno de los medios de transporte más aconsejables para las embarazadas. Hay muchos servicios y hasta un vagón-cafetería. Para viajes largos es la mejor opción. Los espacios son amplios y podrás pasear por los pasillos cómodamente sin perder el equilibrio. Eso sí, pon atención al subir y bajar las escaleras del vagón.

Barco: La mayoría de las líneas marítimas que ofertan cruceros no te permitirán viajar a menos que hayas cumplido la semana 26ª de embarazo. Antes de reservar los billetes, infórmate bien de todas las normas y prohibiciones que aplica la compañía y averigua con qué tipo de cobertura médica puedes contar a bordo.

Si tienes planeado un crucero y nunca has navegado en barco, ni siquiera en uno a remos, tal vez no sea buena idea hacerlo por primera vez ahora que estás embarazada, especialmente si la embarcación es pequeña, ya que te marearás con facilidad. Si además te afectan mucho las náuseas matutinas, la combinación puede ser fatal. Si no te queda más remedio que navegar y temes a los mareos, toma nota:

• Las muñequeras de acupresión pueden serte muy útiles.

• Fijar la vista en un punto del horizonte también podrá ayudarte.

• Los barcos de mayor tamaño son más estables y por lo tanto te marearás menos.

• Una vez a bordo intenta buscar un camarote cerca del centro del barco ya que es el punto donde menos movimiento hay.

Avión: La política de las líneas aéreas suele discrepar en el tema del embarazo y los viajes en avión. Infórmate bien antes de hacer una reserva. La mayoría de las compañías te pediránn un certificado médico que informe de la etapa gestacional en la que te encuentras en el momento de vuelo, la fecha prevista del parto y si no existen contraindicaciones para volar.

Nadie está exento de las normas de seguridad de los aeropuertos, así que no podrás eludir pasar por el detector de metales alegando tu estado. Pero no temas, no provoca ningún daño al feto y los rayos X solamente se utilizan para escanear los equipajes, por lo que a tu bebé no le pasará nada.

Si compras los billetes con antelación, escoge tu asiento de pasillo en la cabecera del avión, que siempre tienen más espacio, o bien los que están justo al lado de las puertas de emergencia. Tendrás libertad para las piernas y podrás levantarte las veces que quieras sin molestar a quien se siente a tu lado.

No te olvides de pedir un almohadón a la azafata antes de despegar. Colócatelo en la zona lumbar para estar más cómoda.

Asegúrate de que tu cinturón esté siempre bien abrochado a la altura de la pelvis, sobre las piernas y siempre debajo del abdomen.

Los viajes largos y los embarazos se han asociado con un mayor riesgo de trombosis y embolias. Puedes disminuir el peligro siguiendo estas indicaciones:

• Utiliza medias de descanso, elásticas. Existen unas especialmente diseñadas para prevenir la aparición de varices.

• Lleva calzado ligero y cómodo. Preferiblemente sin tacón, sin cordones y fáciles de descalzar.

• Elige ropa holgada y ligera, que no te apriete.

• Levántate del asiento al menos cada hora y camina por el pasillo.

• Bebe gran cantidad de agua y líquidos durante el viaje para paliar la sequedad del avión y evitar la deshidratación. Te aconsejamos que te lleves tu propia botella, para no tener que recurrir constantemente a la azafata.

Coche: Es quizás el transporte más recomendable, incluso más que el tren, para viajar tanto al principio como al final del embarazo. Siempre que el trayecto diario sea menor de seis horas y viajes por autopista o carreteras en buen estado. Para empezar, puedes parar cuando te apetezca y ajustar el asiento a tu antojo.

El cinturón de seguridad significa eso mismo: seguridad, para ti y para el bebé. En caso de accidente un cinturón bien colocado puede suponer la supervivencia de madre e hijo. Así que no prescindas nunca de él. Colócalo de forma que no te apriete mucho: la banda superior debe cruzar el hombro y pasar entre el pecho y sobre el abdomen. La cinta inferior deberá colocarse lo más abajo posible, entre la parte inferior del abdomen y sobre las piernas.

Deja distancia suficiente entre el airbag y tú, pero no lo desactives. En caso de accidente, la protección que te confiere a ti y al bebé, compensa cualquier otro riesgo posible asociado a su uso.

Efectúa paradas cada dos horas y aprovecha para salir del coche y andar un poco, así como realizar movimientos de estiramiento y descompresión de la columna y articulaciones, beber líquido e ir al baño. Todo esto es posible en una parada de 15 a 30 minutos.

Mamá al volante: Debes tomar precauciones adicionales, pues puedes sufrir algún que otro malestar (náuseas, vértigos, cansancio…) que pueden alterar tu conducción. Ten en cuenta también que al final del embarazo realizar algunas maniobras es más delicado.

Antes de iniciar el viaje aparta el asiento lo más posible. Algunos coches te permiten adaptar el asiento en la zona lumbar, pero si este no es tu caso puedes sustituirlo poniéndote un almohadón en las lumbares. ¡Seguro que haces el viaje mucho más cómoda!

Procura hacer siempre las paradas necesarias para descansar (cada 2 horas). Como bien sabes, la fatiga y la sensación de sueño son típicas de la primera fase del embarazo, si a esto le sumamos la somnolencia y el cansancio provocados por la conducción prolongada, ya tienes motivos más que suficientes para hacer las paradas reglamentarias.

Autocar: En el caso de optar por este medio también tendrás la posibilidad de efectuar pequeñas paradas, pero con un pequeño inconveniente: no lo decides tú, sino que están programadas por la empresa del autobús. Además también tiene otras desventajas: los espacios entre los asientos suelen ser muy pequeños. El lugar para andar también es muy limitado y los vaivenes, los frenazos y los arranques bruscos pueden hacerte perder el equilibrio si te levantas.


¿Qué ponerse para viajar embarazada?

Antes muerta que incómoda. Éste debería ser tu lema cada vez que emprendieses un viaje.

Es muy importante ir preparada para los cambios bruscos de temperatura, ya que en un breve espacio de tiempo pasarás de un lugar frío (estaciones, aeropuertos con aire acondicionado, lugares al aire libre…) a otro más caluroso y cargado (andenes de estación, cafeterías, pasarelas de los aviones, etc.) Para sobrellevar todo esto te recomendamos que te pongas varias capas de ropa. Los tejidos que transpiran bien, como el algodón, son los más aconsejables para viajar. Si vas a sitios calurosos y con sol lleva un gorro y crema solar para protegerte de las radiaciones. Procura no ir nunca demasiado abrigada, los sofocos no son saludables.

Los flotadores para apoyar los pies son estupendos, sobre todo si tienes los pies hinchados.

Utiliza siempre calzado plano de suela ancha por ser los más cómodos y seguros.

Y si quieres evitar patinar por el suelo del aeropuerto, lleva siempre zapatos con suela de goma o antideslizante.
 

Un último consejo…

Si viajas al extranjero trata de aprender como se dice embarazada en la lengua del país. Puede ser de gran utilidad si tienes que advertirlo.
 

 

 


Fuentes:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 16-05-2020

Redacción: Lola García-Amado

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