La danza del vientre y el embarazo

Indice

• Las danzas orientales
• Claves de la danza del vientre y el embarazo
• ¿Se puede practicar en casa?
• Beneficios de la danza oriental

 

Las danzas orientales

Unos movimientos exquisitos y precisos, la belleza de las ondas dibujadas con el cuerpo, la delicadeza de los ritmos y la armonía entre instrumentos como el tambor, laúd, flauta y acordeón en la danza del vientre, ayudan a la mujer a conectar mejor con su interior a la vez que experimenta una energía de alegría y bienestar, que después puede trasmitir a su quehaceres diarios.

Marisol Díez, psicóloga y maestra de danza del vientre, nos habla de los beneficios que este baile tiene para las mujeres embarazadas y su posterior recuperación después del parto. Afirma que ”el baile oriental se relaciona directamente con los movimientos de recuperación de la postura vertical de los partos”.

Es recomendable, según nuestra experta, practicar movimientos suaves de caderas en posición vertical. Se trabaja con todos y cada uno de los músculos del cuerpo pero, con especial precisión, se aprende a aislar la musculatura del tronco.

La recuperación de la mujer después del parto es mucho más rápida. La mujer puede retomar sus clases,  si se siente con ganas y fuerza, un mes después del parto.

Claves de la danza del vientre y el embarazo

1. Cuándo se puede practicar: Desde el primer mes de gestación al último, según las condiciones de cada embarazo y bajo supervisión de un profesional.

2. Qué músculos se ejercitan: Espalda, abdomen y suelo pélvico sobre todo.

3. ¿Existen riesgos?: El parto prematuro puede ser un riesgo si no se practica bajo la supervisión de un profesional.

4. La mamá, qué experimenta: Una sensación de alegría, energía reforzada y vitalidad que serán clave para sus quehaceres diarios.

5. El bebé, qué experimenta: Calma, al percibir una sensación de masaje.

Tal como nos cuenta Marisol Díez, antes de practicar danza hay que prestar atención a la forma física de cada mamá. Según sea esta, el nivel de exigencia y de iniciación será diferente. En el caso de las mujeres que ya bailaron antes del embarazo, se aconseja seguir haciéndolo pero en un grupo específico de gestantes y, por supuesto, siempre bajo la supervisión de un profesorado cualificado. Si la mamá nunca ha bailado, lo mejor es que hasta que no supere su primer trimestre de embarazo no lo haga para evitar cualquier posible efecto adverso.

Si el embarazo conlleva algún riesgo de parto prematuro, la restricción es total.

Los riesgos que se pueden derivar de practicar esta danza son los típicos de cualquier otra actividad física. Movimientos bruscos, presión sobre el vientre, saltos… son algunos de los ejercicios que deben evitarse. La danza del vientre incluye algunos movimientos de “expulsión”, de aquí deriva la importancia que tiene que el profesor/a sepa cuanto antes que se está embarazada porque es fundamental evitar riesgos innecesarios que provoquen, por ejemplo, partos antes de la fecha.

El bebé puede percibir, mientras se practica el baile, que le estás acunando. Según la propia experiencia de Marisol, nuestra profesora, el bebé da golpecitos en el vientre de la mamá una vez esta termina y para de bailar. Es probable que mediante la respiración y los movimientos, el bebé perciba una especie de masaje interno en el útero aportando, además, mayor cantidad de oxígeno.

¿Se puede practicar en casa?

La respuesta es sí, pero para ello y antes de empezar, Marisol recomienda que se pida consejo previamente a un profesional para que te guíe en cuanto a la duración, frecuencia e intensidad de la danza, además de advertirte sobre qué movimientos son los que están totalmente contraindicados durante el embarazo.

En casa se puede trabajar con alguna música lenta.

Hay que empezar por aprender a aislar la pelvis del resto del cuerpo. Con ella se intentará construir figuras circulares, infinitos u ondulaciones con la espalda. Hay que practicar de manera suave y sutil consiguiendo la colaboración del cuerpo. Estar siempre ante un espejo te ayudará a ganar sincronía y perfección en los movimientos.

Lo fundamental es sentir y disfrutar la música, la historia, la tradición…

A partir de ahí es recomendable empezar con ejercicios de visualización interna para, más adelante, ir movilizando las articulaciones de manera relajada percibiendo, al ritmo de la música, cada movimiento por separado. Si algo pudiese estar molestándote o molestándole, ese es el momento de parar.

Beneficios de la danza oriental

1. Prepara a la mujer física y emocionalmente para el momento del parto, ayudándole a recuperar la confianza en su cuerpo.

2. Ayuda a que la mujer viva de manera saludable y serena los cambios que irán ocurriendo en su cuerpo.

3. Facilita el encuentro grupal con otras mujeres en su mismo estado.

4. Prepara a la mujer para que pueda vivir tanto el embarazo como el nacimiento de su hijo/a como un proceso vital más dentro de su sexualidad.

5. Favorece el contacto de la mamá (o en su caso, también de la pareja) con el bebé dentro del vientre. Facilitando así que ya se vaya estableciendo una relación con la niña o el niño que va a nacer.

6. Durante el embarazo, la realización de los movimientos circulares ayuda a aliviar molestias en espalda, digestiones pesadas, ataques de ciática, etc.

7. Las mujeres aprenden y practican movimientos concretos que podrán utilizar en las diferentes fases del parto ayudando así a que las contracciones sean más eficaces y a que el bebé vaya descendiendo por el canal de parto.

8. La participación activa de la mujer durante el parto es fundamental, y las sesiones de danza oriental ayudan a que esta sea la actitud con que la mujer se enfrente a ese momento.