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Envejecimiento de la placenta y otras complicaciones

Envejecimiento de la placenta y otras complicaciones

Como cualquier órgano vivo, la placenta nace, crece y muere. Normalmente su envejecimiento comienza después de la semana 40 en embarazos que se prolongan más allá de esta fecha.

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Indice

¿Qué es la placenta y para qué sirve?

La placenta es el órgano más importante que se forma en el útero durante el embarazo Comienza a desarrollarse a partir del saco amniótico en las primeras semanas de gestación y empieza a funcionar hacia la semana 11.

Esta estructura tiene unos 25 centímetros de diámetro y 2,5 centímetros de grosor y está unida por un lado a la pared del útero y por otro al bebé. De ella sale el cordón umbilical que une al feto con el sistema circulatorio de la madre.

Sus funciones son proporcionar oxígeno y nutrientes al bebé, eliminar sus desechos y el dióxido de carbono, fabricar hormonas fundamentales para el embarazo (estrógeno, progesterona, gonadotropina coriónica humana (hCG), lactógeno placentario humano y hormonas esteroideas) y proteger al bebé.

Envejecimiento de la placenta

En muchas ocasiones, pasada la semana 41 se debe provocar el parto, porque la placenta ya no suministra oxígeno y nutrientes al bebé de manera adecuada a causa de su envejecimiento.

Es lo que se conoce como placenta calcificada o vieja. Si ocurre antes de la semana 40, es necesario inducir el parto o practicar una cesárea ya que si no, el feto podría morir.

A medida que avanza el embarazo, la placenta va evolucionando, y en su evolución la placenta puede clasificarse en cuatro grados de madurez: 0, I, II y III.

- Grado 0 (menos de 18 semanas): es el nivel más joven y corresponde al primer y segundo trimestre de embarazo. Se caracteriza porque la placa basal (aquella que está más cerca del útero) es igual que la placa corial (la que está más cerca del feto).

- Placenta grado I (entre 18 y 29 semanas): se detectan pequeñas zonas de color blanco en la ecografía en la placa corial y la placa basal no presenta calcificaciones.

- Placenta grado II (más de 30 semanas): la placa basal se identifica en su totalidad y da la impresión de que está separada del miometrio (capa muscular de la pared del útero). En la placa corial se visualizan calcificaciones difusas.

- Placenta grado III (más de 39 semanas): son las placentas con gran depósito de calcio a todos los niveles. Tanto la placa basal como la corial aparecen altamente ecorrefrigentes (en color blanco). Los tabiques de ambas partes de la placenta ya confluyen y se fusionan entre sí.

El problema es que una placenta alcance uno de estos grados antes de tiempo, ya que las calcificaciones impiden su correcto funcionamiento, lo que afectaría al oxígeno y los nutrientes que recibe el feto. La diabetes o la preeclampsia pueden envejecer prematuramente la placenta. El único tratamiento posible en este caso es el parto.
 

Otras complicaciones relacionadas con la placenta

Placenta retenida: el alumbramiento no acaba cuando el bebé sale del canal de parto, si no cuando la madre expulsa la placenta, unos 30 minutos después de haber dado a luz. Es necesario comprobar que no quedan restos de la misma dentro, ya que podría causar complicaciones futuras a la madre. A veces, la placenta queda retenida al fondo del útero y necesita que el médico la extraiga manualmente.

Desprendimiento abrupto de la placenta: es una complicación bastante común. Sucede cuando la placenta comienza a desprenderse de las paredes uterinas antes de que se produzca el alumbramiento.

Normalmente ocurre en el tercer trimestre, con lo que el único tratamiento es un parto prematuro, ya que una vez la placenta comienza a desprenderse, deja de funcionar correctamente. Si el feto aún no es viable, se recomendará reposo absoluto y se controlará al bebé constantemente para asegurarse de que le llegan oxígeno y nutrientes. En cuanto esto dejara de pasar, se provocaría el parto.

Placenta previa: la placenta se sitúa taponando parcial o totalmente el cuello uterino. Puede causar sangrado rojo intenso desde el segundo trimestre de embarazo y, si bloquea totalmente la salida del canal vaginal, será necesario realizar una cesárea.

Placenta acreta: en este caso, la placenta se implanta dentro de la pared uterina más profundamente de lo que debería. Las vellosidades de la placenta en vez de simplemente conectarse con el revestimiento endometrial, se fijan y crecen hacia la pared muscular del útero pudiéndolo atravesar hasta la capa intermedia (miometrio) o, incluso, hasta la más externa (perimetrio). Esta enfermedad imposibilita la expulsión de la placenta tras el parto de forma natural y muchas veces incluso obliga a practicar una cesárea para evitar una hemorragia masiva de la mujer tras el parto que pueda desembocar en una histerectomía.

 


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Clínica Mayo: https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/pregnancy-week-by-week/in-depth/placenta/art-20044425

Sanitas: https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/embarazo-maternidad/mi-embarazo/funcion-placenta.html

Fecha de actualización: 30-07-2020

Redacción: Irene García

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