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Embarazo adolescente

Embarazo adolescente

Según los análisis estadísticos, en los últimos años la tasa de embarazo adolescente en Estados Unidos ha descendido; sin embargo, sigue siendo una de las más altas de los países industrializados

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Las cifras del embarazo adolescente

Los datos provienen de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Los últimos datos registrados hablan de un descenso de hasta el 50%. 

Sin embargo, aunque las tasas hayan disminuido durante las últimas dos décadas, aún son bastante elevadas comparadas con otros países industrializados de Europa. Según la ONU, la tasa de embarazos adolescentes en Estados Unidos sigue siendo cuatro veces mayor que en la mayoría del resto de los países desarrollados. 

Hay que tener en cuenta que los datos varían mucho de unos estados a otros. Oscilaron entre menos de 25 por 1.000 en Connecticut, Massachusetts, New Hampshire y Vermont, a más de 60 por 1.000 en Arkansas, Misisipí, Nuevo México, Oklahoma y Texas. En general, las tasas más bajas se observaron en el noreste y en la parte superior del medio oeste, mientras que las más altas se registraron en el sur.

Las tasas de natalidad entre adolescentes blancas e hispanas fueron más altas en el sureste y más bajas en el noreste y en California; mientras que las tasas de natalidad de las adolescentes negras fueron más altas en la parte superior del medio oeste y en el sureste.

Además, la tasa de natalidad para las adolescentes hispanas sigue siendo más alta que la tasa de las adolescentes blancas no hispanas y la tasa para las adolescentes negras no hispanas fue más del doble de la tasa de las adolescentes blancas no hispanas, según el estudio.

Estas variaciones se explican principalmente por las grandes diferencias que hay a nivel socioeconómico como la educación y los ingresos, los comportamientos de riesgo tales como la actividad sexual y el uso de anticonceptivos, y las actitudes de los adolescentes hacia el embarazo y la maternidad.

 

Uso de anticonceptivos

Antes hablar de embarazos en adolescentes era un tema tabú, pero programas de televisión como Teen Mom (Madre adolescente) y 16 and Pregnant (De 16 y embarazada) han ayudado a que los embarazos en la adolescencia sean un tema de conversación a nivel nacional en Estados Unidos.

Quizá eso sea uno de los motivos que haya ayudado a que se haya reducido un 37% la tasa de partos de madres adolescentes desde 1991. Aunque otro motivo, apuntado por un informe de Vital Signs, analizó la información disponible entre 1991 y 2009 y descubrió que además de la disminución firme en la tasa de embarazos adolescentes, también hubo una reducción en el porcentaje de estudiantes de preparatoria que están teniendo relaciones sexuales. Movimientos como el del anillo de la pureza (que han magnificado cantantes y actores como los Jonas Brothers o Selena Gómez) han hecho que muchos chicos retrasen su primera experiencia sexual.

Las estadísticas dicen que la edad promedio de la primera relación sexual de los varones es de 16,9 años, y 17,4 años para las chicas (de las cuales se están embarazando 750 mil al año en Estados Unidos).

Otro motivo es que ha aumentado ligeramente el número de adolescentes que mantiene relaciones sexuales seguras. El CDC dice que el porcentaje de estudiantes que han tenido coito en los últimos tres meses sin usar ningún tipo de método anticonceptivo disminuyó del 16 al 12%, mientras que el porcentaje de estudiantes que usan dos formas de anticoncepción (por ejemplo, condón y pastillas anticonceptivas) aumentó del 5 a 9%.

Aún así, muchos son los que continúan manteniendo relaciones sin protección. Las niñas adolescentes de EE  UU son más propensas que los niños a tener sexo sin protección en su primera experiencia sexual, según indica una investigación reciente de la Universidad Estatal de Arizona. El análisis también encontró que los jóvenes esperan más que antes para tener un primer encuentro sexual, pero contraen enfermedades de transmisión sexual (ETS) más pronto que en el pasado. Esperan, pero tienen sexo arriesgado y no toman precauciones.

Estas cifras vuelven al ojo de la tormenta un debate relacionado, si conviene aumentar los fondos para intensificar programas de educación sexual en las escuelas. Es necesario que reciban desde pequeños educación sexual para evitar las conductas sexuales arriesgadas. Pero el tipo de educación sexual provista en las escuelas de EE UU es contradictoria, desde abstinencia a concienciación sobre las ETS, desde los anticonceptivos a concienciación sobre el embarazo. Varía mucho según el estado.

Y es que en la sociedad estadounidense hablar de sexo con los hijos todavía incomoda a mucha gente. Según el sondeo realizado, el 90 por ciento de los padres y el 70 por ciento de los adolescentes respondieron que ellos no saben exactamente qué decir, cómo decirlo ni cuándo empezar una conversación de esta índole.

 

Mayores problemas de salud

La preocupación entre las instituciones para erradicar esta tendencia se explica porque estas madres aún no están preparadas, pero, sobre todo, porque el embarazo en la adolescencia se asocia con mayores tasas de morbilidad y mortalidad, tanto para la madre como para el niño.

Los bebés de adolescentes están en mayor riesgo de nacer con bajo peso, antes de tiempo y de morir en la infancia que los bebés de mujeres de 20 años o más, según el informe.

Además, al no haber madurado todavía, estas chicas tienen más probabilidad de mostrar comportamientos poco saludables, como fumar, beber o salir de fiesta, lo cual deja al bebé en mayor riesgo de presentar crecimiento inadecuado, infección o dependencia de sustancias químicas. Aunque no se puede generalizar.

Asimismo, un reciente estudio de la Universidad de Minnesota concluye que las adolescentes que tienen hijos tienen mayor tendencia a la obesidad que aquellas que todavía no fueron madres. Las madres jóvenes consumen más calorías y además no hacen ejercicio o hacen menos.


Fuentes:

Ayuda en Acción, https://ayudaenaccion.org/ong/blog/mujer/embarazo-adolescencia/

Fecha de actualización: 29-07-2020

Redacción: Irene García

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