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Dolor de riñones en el embarazo

Dolor de riñones en el embarazo

Entre las molestias y afecciones que surgen en el embarazo, el dolor de riñones es uno de los más frecuentes. No pocas mujeres embarazadas se quejan de este malestar, que se sufre especialmente por la noche o al final del día, a partir del segundo trimestre.

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Indice

 

¿Por qué se produce el dolor de riñones en el embarazo?


Habitualmente estos dolores, localizados a la altura del riñón, no suelen estar relacionados con problemas en los riñones, sino con molestias en otras zonas próximas, como la espalda, la columna vertebral o la pelvis, más vulnerables durante la gestación.

Y es que a medida que el niño crece, su peso obliga a las mujeres encintas a curvar su columna exageradamente para adoptar una postura compatible con el desplazado centro de gravedad. Esto, conocido en el ámbito médico como lordosis lumbar, provoca una constante tensión en la zona que es la principal causa del dolor de espalda o de riñones.

Por semejantes causas esta molestia puede originarse por una ciática. Esta afección se manifiesta con un dolor agudo que recorre la base de la espalda y la parte posterior de la pierna, producido al comprimirse el nervio ciático por una articulación de la espalda. Aunque este trastorno no es propio del embarazo en sí, suele empeorar durante esta etapa, motivado por malas posturas, cargas excesivas, etc. El dolor ciático es un dolor diferido, es decir, no duele donde se está produciendo el problema sino que se irradia a una zona alejada de este.

Ahora bien, a pesar de que esta dolencia no tiene por qué ser síntoma de ninguna patología grave, si estás en el tercer trimestre consulta con tu médico. El dolor de riñones puede confundirse con contracciones uterinas. Cuando te ocurra comprueba si el útero se endurece a la vez, síntoma de contracción muscular uterina.

Además, el dolor puede no ser muscular, sino interno, es decir, causado por una infección o inflamación de los riñones, conocida en medicina como pielonefritis. Es una enfermedad grave de los riñones que, normalmente aparece cuando no se trata una infección de las vías urinarias (vejiga o uretra). Los síntomas principales de esta afección son:

- necesidad frecuente de orinar (incluso si no hay prácticamente orina en la vejiga)

- dolor o ardor al orinar (y en ocasiones también durante las relaciones sexuales)

- molestia pélvica o dolor en la parte inferior del vientre

- dolor en la espalda en la zona de los riñones

- fiebre

- escalofríos

- náuseas y vómitos

- pus y sangre en la orina

Para comprobar el diagnóstico se debe hacer un análisis de orina. En caso afirmativo, el tratamiento será a base de antibióticos para matar las bacterias causantes de la infección.

Es importante estar atento a estas señales ya que una infección urinaria no controlada puede causar también parto prematuro y bajo peso del bebé al nacer.
 

¿Cómo calmar el dolor?


Afortunadamente estas molestias suelen estar provocadas por malas posturas, y no revisten gravedad, si bien, es cierto que en algunos casos el dolor es tal que puede impedir llevar una vida normal, o dificultar algunas actividades. Para ello existen algunos remedios que previenen o palian el dolor:

- Evita permanecer mucho tiempo en la misma postura, de pie o sentada. Procura no cargar la espalda ni coger pesos. Si tienes que pasar mucho tiempo sentada, pon los pies un poco más elevados y date cortos paseos de vez en cuando.

-  Haz ejercicio regularmente. Disciplinas como el yoga, Pilates o natación son especialmente recomendados para estos casos.

-  Aplícate calor o frío en la zona. Aunque no está demostrada su eficacia, muchas mujeres reconocen sentir alivio temporal con ello.

-  Lleva a cabo una reeducación postural con el fin de corregir la lordosis postural. Infórmate sobre qué posturas son las más adecuadas en tu estado, evitando arquear la columna en exceso o cargar peso sobre ella.

 

Ejercicios para aliviar el dolor de riñones durante el embarazo


Para aliviar los dolores de riñones o de la zona lumbar, hacer movimientos basculantes con la pelvis suele ayudar.

Realiza estos ejercicios que te mostramos a continuación suavemente, respirando pausadamente y repitiéndolos 6 u 8 veces cada uno. Esta actividad te ayudará a descansar y relajar la zona, a soportar el peso del bebé, suavizando la articulación columna vertebral -pelvis y evitando la distensión de la zona abdominal.

- De pie, con la espalda recta (sin arquearla) y los riñones hacia dentro. Inspira. Contrae despacio de forma progresiva los músculos abdominales, aprieta las nalgas y empuja hacia delante. Espira. Puedes ayudarte colocando una mano sobre la tripa y la otra sobre la parte superior del trasero; mientras haces el movimiento puedes empujar las manos para guiarte.

- A cuatro patas, con las piernas en ángulo recto y los brazos perpendiculares al suelo, realiza el mismo ejercicio, encorvando ligeramente la espalda, enderezando a la vez la cabeza y levantando los glúteos lo más arriba posible. Inspira mientras realizas el ejercicio y espira al volver a la posición inicial.

- Tumbada, con las piernas ligeramente flexionadas, las plantas de los pies apoyadas en el suelo y los brazos a lo largo del cuerpo. Curva la espalda y bascula la pelvis, despegando la región lumbar del suelo y levantando la parte superior de las nalgas. Inspira. Vuelve a la posición anterior, expulsando el aire.


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Fuente:

Sociedad Española de Medicina Interna, https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/pielonefritis

Fecha de actualización: 04-09-2020

Redacción: Irene García

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