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Cuidados en el embarazo

Cuidados en el embarazo

El embarazo no es una enfermedad que requiera vigilancia o cuidados extremos pero sí es cierto que su seguimiento médico, así como la adopción de buenos hábitos antes y durante el mismo, pueden evitar complicaciones y hacer más llevadero el proceso.  

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Aunque la naturaleza es sabia y el cuerpo de una mujer, en circunstancias normales, se adapta perfectamente a la nueva situación, no viene mal echar un vistazo a nuestro estilo de vida y pensar en cambiar algunas cosas para mejorar nuestro bienestar y el del bebé que se está desarrollando en nuestro interior.

¿Qué cambiar y cómo cuidarse? A continuación te ofrecemos algunos consejos sobre los cuidados básicos durante el embarazo.

Ejercicio durante el embarazo


El ejercicio regular tiene numerosos beneficios para ti y para el bebé que esperas. Si ya lo practicabas antes de quedarte embarazada, la gestación no debe ser un impedimento para continuar con ello, siempre que el deporte elegido no suponga un riesgo para el feto. Si no eras especialmente activa antes, tu nueva condición puede ser una buena excusa para iniciarte. Si no estabas muy en forma, procura al menos andar 30 minutos diarios o nadar si tienes oportunidad. Si en cambio sí hacías algún deporte, infórmate sobre su idoneidad en tu estado y sigue practicándolo.

Evita los deportes de alto impacto o aquellos con mayor riesgo de caídas o lesiones (esquí, equitación, boxeo, artes marciales, patinaje, etc.) especialmente si no eres muy experta. Recuerda, además, que tu ritmo cardiaco realizando ejercicio no debería sobrepasar las 140 pulsaciones por minuto; superarlo podría perjudicar al feto. Es importante también que bebas mucha agua antes, durante y después del embarazo y que lleves ropa que transpire. 
 

Peso y embarazo


Si tienes sobrepeso tienes mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo como aborto espontáneo, anomalías cromosómicas, macrosomía del bebé, complicaciones en el parto... También estar por debajo del índice de masa corporal puede influir en la buena evolución de la gestación.

El embarazo no es el momento indicado para hacer una estricta dieta de adelgazamiento, lo ideal es bajar de peso antes de concebir, pero si ya lo estás y tienes más kilos (o menos) de los recomendables, consúltalo con tu ginecólogo y presta atención, más que nunca, a tu alimentación. En este caso, lo normal es que te recomienden no angordar más de 6 o 7 kilos.
 

Alimentación en el embarazo


Estar gestando una vida dentro de ti no significa que debas duplicar la ingesta de calorías. Más que la cantidad, importa la calidad. Asegúrate de comer una dieta equilibrada y saludable que garantice el aporte de nutrientes al feto en crecimiento.

Aparta, al menos durante los meses de embarazo, la carne cruda, la charcutería y los lácteos no pasteurizados. Lava bien la fruta y la verdura que vayas a comer cruda para evitar el contagio por listeria o toxoplasma, patógenos que pueden causar complicaciones muy graves al feto. 

Reduce el consumo de pescado azul por su alto contenido en mercurio, muy malo para el desarrollo cerebral del feto. También deves evitar las grasas saturadas e hidratos de carbono refinados. Come poco cada vez y más a menudo.

También deberías tomar un suplemento de ácido fólico y yodo desde los tres meses previos a la concepción para prevenir los defectos del tubo neural, así como alimentos ricos en otras vitaminas y minerales fundamentales como vitamina C, vitamina A, hierro, vitamina B12, etc. 
 

Alcohol y tabaco en la gestación

Tanto el alcohol como la nicotina atraviesan la placenta y llegan al feto, pudiendo provocarle daños irreparables. Razón suficiente para desterrar estos dos nocivos hábitos al menos durante el tiempo que dure el embarazo.

Fumar multiplica el riesgo de tener un hijo con bajo peso al nacer, de parto prematuro y otras complicaciones en la placenta. Además los bebés de madres fumadoras tienen más probabilidades de padecer asma y otras patologías respiratorias.

En lo relativo al alcohol, se ha demostrado que el consumo durante la gestación está asociado con trastornos como el síndrome de alcoholismo fetal cuyas consecuencias en el niño incluyen retraso motor y mental, retardo en el crecimiento, bajo tono muscular, anomalías cardiacas, etc.

Las personas que beben mucho además suelen llevar una dieta pobre, lo que también afecta al desarrollo fetal.
 

Aprende a relajarte en el embarazo

Las preocupaciones que rodean al embarazo pueden provocar ansiedad. Igualmente, cualquier otro asunto ajeno al mismo puede repercutir en el desarrollo del mismo. Un nivel alto de estrés es perjudicial en esta etapa, ya que puede frenar el crecimiento del feto, provocar partos prematuros, etc.

Procura dedicar tiempo a alguna actividad relajante que reduzca tu estrés: ejercicios de respiración, algo de deporte, técnicas de relajación, yoga, etc. Asimismo, infórmate sobre el embarazo, el parto y los cuidados posnatales. Conocer lo que te está sucediendo o lo que va a ocurrir apartará de tu mente muchos temores y te relajará.
 

Descanso y sueño en el embarazo

El crecimiento del bebé dentro del útero consume mucha energía, algo que notarás desde las primeras semanas de gestación. Intenta descansar cuando sientas necesidad de ello. Acuéstate pronto y no subestimes el cansancio. El sueño es un mecanismo restaurador, por lo que dormir es más importante que nunca en esta etapa para que tu organismo pueda funcionar y regenerar fuerzas. 

Si te cuesta encontrar una postura cómoda, prueba a usar varias almohadas o cojines y, a partir del segundo trimestre, procura dormir siempre de lado, preferiblemente sobre el lado izquierdo, y no pasar mucho tiempo tumbada boca arriba para evitar el síndrome de hipotensión supina, causado por el aplastamiento de la vena cava inferior por el peso del útero. 

Y recuerda que, si tienes dudas, lo mejor es que consultes a tu matrona o tu profesional de medicina que te lleva el embarazo. 


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Los kilos en el embarazo deben controlarse mes a mes con el fin de evitar adquirir más kilos de los deseados. Engordar más de 12 kilos en total puede acarrear problemas tanto a la madre gestante como para el bebé.

Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 22-09-2020

Redacción: Irene García

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