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Cuando el embarazo llega… a los 20

Cuando el embarazo llega… a los 20

¿Cuándo es el mejor momento para quedarse embarazada? Las opiniones son muchas y variadas. Antes era frecuente que la mujer se casara y tuviera hijos muy joven, en torno a los 20 años. Pero las condiciones actuales de vida han hecho que la edad media se retrase hasta los 32 años. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser madre joven?

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¿Se está preparada físicamente a los 20 años para estar embarazada?

En lo que se refiere a la salud, la época más fértil de una mujer y la mejor edad en cuanto a las cuestiones físicas es entre los 20 y los 28 años. En esta década la mujer tiene más energía y vitalidad, además de que sus óvulos están más sanos y fértiles ya que maduran junto con ella y por lo tanto tienen menos probabilidades de generar anomalías genéticas durante la gestación.

Los especialistas dicen que, en promedio, el momento cúspide de fertilidad para la mujer es a los 24 años de edad. A medida que se cumplen años, los ovarios envejecen junto con el resto del cuerpo, y los óvulos se vuelven menos viables. Por esa razón, los óvulos de las mujeres más jóvenes tienen menos probabilidades que los de aquellas de más años de presentar anomalías genéticas que deriven en síndrome de Down y otros defectos congénitos.

La tasa de aborto espontáneo también es menor en esta edad (según los estudios, sería del 10% para las mujeres de entre 20 y 24, del 18% para las de entre 35 y 39 años y del 34% para las de entre 40 y 44), así como la de partos prematuros.

Además, en general, al estar más sanas tienen menos probabilidades de presentar enfermedades como la diabetes gestacional o preeclampsia. O de haber padecido fibromas o endometriosis que pueden dificultar la concepción y la gestación.
 

Cuidados durante el embarazo

Aunque se sientan jóvenes y fuertes, las embarazadas de esta edad también tienen que cuidarse durante la gestación.

Hay que llevar una vida sana: no fumar, dormir al menos 8 horas al día, no hacer esfuerzos innecesarios, evitar el estrés y llevar una rutina tranquila y relajada.

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La alimentación debe ser igual que la de cualquier otra embarazada: Una dieta equilibrada evitará ciertos males que se agravan durante la gestación, tales como la fatiga, el estreñimiento, el sobrepeso, la anemia, la descalcificación, etc.

En la dieta no deben faltar las grasas animales que se encuentran en la mantequilla, la nata, la leche, etc.; las vegetales (aceite de oliva, de girasol); los ácidos grasos presentes en los pescados azules; las proteínas animales portadas por la carne, los pescados, los huevos…; el calcio que se halla en los productos lácteos; y vitaminas como el ácido fólico o la vitamina B9.

Aunque haya menos probabilidades de tener un niño con defectos genéticos, no se está exenta de tomar suplementos vitamínicos de ácido fólico y yodo los meses antes de la concepción y durante el embarazo.

Asimismo, es recomendable practicar algo de ejercicio todos los días: caminar al menos 30 minutos, nadar, yoga, etc.


¿Cómo saber si es el momento?

Pero una cosa es que tu cuerpo esté preparado, y otra muy distinta es tu mente y tu realidad (tu momento laboral, emocional, etc.). Un embarazo necesita tiempo, cuidados y aprendizaje. Ser madre requiere de una maduración, pero como toda primeriza no naces sabiéndolo todo sino que lo aprenderás con tu propia experiencia.

Los bebés exigen mucho tiempo y atención. Durante meses, él será tu máxima prioridad, lo que puede suponer una tensión importante en tus relaciones, tu trabajo y tu satisfacción personal.

Actualmente, la mayoría de mujeres a esta edad están terminando sus estudios, empezando su primer trabajo… y aún no están asentadas laboralmente. Por lo tanto, sus condiciones económicas no suelen ser muy boyantes y, antes de tener un niño, hay que tener en cuenta que requieren mucho dinero.

Según un estudio de www.todopapas.com, tener un hijo cuesta 6.000€ el primer año. Una cantidad nada desdeñable que hay que tener en cuenta. La ropa, los juguetes, los pañales, el carrito, la cuna, la guardería… Aunque te ayuden tus familiares en la compra de los artículos más caros, debes tener en cuenta si podrás afrontar estos gastos.

También tu estabilidad emocional es fundamental: ¿cuánto tiempo llevas con tu pareja?, ¿tenéis un proyecto de futuro juntos?, ¿él tiene tantas ganas como tú de tener un hijo en este momento? Ten en cuenta que si las cosas te van mal con tu pareja, os podéis separar, pero siempre será el padre de tu hijo y por lo tanto estarás ligada a él toda la vida.

Además, si uno de vosotros está poco comprometido con la idea de la paternidad, las constantes necesidades del bebé pueden conducir a disputas. La comunicación entre ambos es esencial para mantener vuestra relación. Un nuevo bebé puede ser estresante para un joven matrimonio. Asegúrate de invertir tiempo de calidad con tu pareja sin el bebé. Podríais pensar en conseguir una niñera o pedir la ayuda de familiares para salir de vez en cuando, de modo que podáis forjar una identidad como pareja.

Otra cuestión es si estáis preparados para hacer los sacrificios que exige la paternidad: dejar de salir de fiesta por la noche, abandonar ciertas actividades imposibles de compatibilizar con un bebé, olvidarse de ciertos caprichos económicos, viajar a menudo, etc.

No obstante, tener un hijo es algo maravilloso que también os reportará muchas satisfacciones, por lo que deberéis sopesar los pros y los contras antes de tomar la decisión. Tu bebé no sólo pondrá tu mundo patas arriba, sino que además te enseñará que tienes una inmensa capacidad para alimentar una vida. Te devolverá tu amor, haciendo que te sientas la persona más especial del mundo. Aun en los momentos más frustrantes, una sonrisa o una abierta y brillante carcajada de tu bebé pueden hacerte olvidar el agotamiento y las juergas perdidas con tus amigos.
 


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"¿cómo saber cuáles son tus días fértiles?" es la primera pregunta que se hace una mujer cuando decide quedarse embarazada. Si es regular resulta sencillo averiguarlo ya que coincide con la mitad del ciclo menstrual. En el caso de tener un ciclo irregular debe basarse a través de otros indicadores como la temperatura basal o las características del flujo.

Fuentes:

Blott, Maggie (2015), Tu embarazo día a día, Barcelona, Ed. Planeta.

Fecha de actualización: 28-07-2020

Redacción: Irene García

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