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Voy a tener un segundo hijo

Voy a tener un segundo hijo

Tarde o temprano la mayoría de las madres suelen plantearse la pregunta: ¿cuándo le daré un hermanito? Pero su respuesta depende de otras muchas: ¿Cómo se lo tomará su hermano? ¿Cómo nos afectará a la familia? ¿Seré capaz de criar a los dos? ¿Cuánto debo esperar? ¿Será como la primera vez? Afortunadamente, prepararse para la llegada del segundo hijo puede ser tan gratificante y especial como la primera vez.

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Indice

Aunque traer al mundo a un segundo hijo y cuidar de otro puede asustar un poco al principio, con una buena organización antes de que nazca el bebé y la experiencia adquirida, será prácticamente coser y cantar.
 

Los errores más comunes a evitar con el segundo hijo

Cuando se tiene el primer hijo, la experiencia es totalmente novedosa y en cierto modo irrepetible. La situación descoloca completamente debido al enorme cambio que supone en la vida. La llegada de un segundo hijo, normalmente, suele ser diferente: ya no coge a los padres desprevenidos, sino avisados y preparados. Ya saben bien qué es tener un hijo, cómo hay que tratarlo, cuidarlo, cómo se comunica y cómo identificar bien sus necesidades.

Esto aporta cierta tranquilidad que no se tenía con el primero, lo que favorece una relación más calmada y provechosa. Pero hay que tener cuidado de no relajarse demasiado y apoyarse en el dicho “los segundos hijos se crían solos”, en toda su extensión.

Entre los errores más frecuentes cometidos suelen estar los siguientes:

- Prestarles menos atención de tal forma que parece que sean ellos quienes tienen que ganársela.

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Compararlos continuamente con su hermano mayor.

- Mientras que el primer hijo suele recibir un trato más racional con explicaciones lógicas y coherentes de primera mano, el segundo las recibe pero condicionadas por las explicaciones que su hermano mayor añade a las mismas.

- Hay que prestar especial atención a su vocabulario ya que, en general, suelen aprender a hablar más tarde y con menor cantidad y variedad de palabras.

- Necesitan más afecto ya que en cierto modo pueden llegar a sentirse menos importantes: su hermano ha tenido ropa nueva, juguetes, sale sólo en las fotos mientras que él parece que “hereda” todo de segunda mano.

- El primogénito puede no tomarse demasiado bien la llegada de su hermanito: a fin de cuentas deja de ser el centro total de atención y comienza a compartir no solamente juguetes sino, lo que es más importante, la atención y el cariño de sus padres.

- Cada hijo es un mundo y a la hora de educar hay que intentar hacerlo con los mismos valores pero adaptándolos en su aplicación y explicación a las características particulares de cada uno. Así, mientras uno será más tranquilo y racional, por ejemplo, el otro necesitará de más ejemplos prácticos o directos.

- El tiempo disminuye drásticamente y los gastos aumentan y el trabajo no se duplica sino que parece elevarse exponencialmente.

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Pero a pesar de las desventajas no hay que olvidar los aspectos positivos de la fraternidad que siempre pesarán más en la balanza final.
 

La relación padre-hijo ¿será distinta a la del mayor?

Con el primer hijo estabais acostumbrados a darle toda vuestra atención y, en cierto modo, durante un tiempo, a no entregaros plenamente ya que todas las nuevas situaciones que traía consigo hacían que no pudierais relajaros lo suficiente para disfrutar plenamente del mismo.

El segundo ya os coge preparados, sabéis qué ocurre y, por lo tanto, disfrutaréis más de ambos hijos. Así, captamos mucho mejor lo que realmente es el papel de padre, sabemos expresar el cariño con más soltura, sin la rigidez propia de la tensión de los primeros meses del primero, la comunicación se expande y mejora ya que ahora son dos personitas las que reclaman vuestra atención, cada una con su personalidad y características propias lo que puede enriquecer enormemente vuestra comunicación con ellos.

Es conveniente intentar no sentirse culpable pensando que no le das toda la atención que tuvo el primero: las circunstancias han cambiado y el tiempo disponible también pero la calidad de nuestra relación aumenta notablemente y eso es lo importante.

En definitiva, la relación con el segundo hijo es una oportunidad para mejorar como padres y como personas, para aprender y disfrutar de personalidades distintas que reclaman nuestra atención y poder disfrutar del cariño plenamente, sin los condicionantes internos que arrastrábamos.
 

Preparar al niño para la llegada del nuevo hermano

A partir del nacimiento de su hermano pequeño, tu hijo va a descubrir la obligación de compartir. Una prueba de fuego que deberá superar para encontrar su nuevo lugar. Antes del día D puedes prepararle para que la llegada del nuevo inquilino no sea tan “traumática”. ¿Cómo? Aprovechando el periodo del embarazo para aumentar la relación con tu hijo, explicándole lo que va ocurriendo y haciéndole ver que el tener otro hijo no supone que él deje de ser importante, sino todo lo contrario.

Para hacerle sentirse único e importante, debes hacerle partícipe de cada detalle de los preparativos que organicéis para la llegada del pequeño. Por ejemplo:

- Asegúrate de que tu niño se entere de la noticia de tu embarazo por ti misma y no por terceras personas.

- Pídele ayuda para elegir el nombre de su hermanito o hermanita.

- Llévale de visita siempre que puedas a ver otros recién nacidos.

- Permítele que te toque la tripa y sienta las patadas del bebé.

- Enséñale sus fotos cuando era un recién nacido y háblale del día en que nació.

- Anímale a que haga un dibujo a su futuro hermanito con el que darle la bienvenida en el hospital el día que nazca.

- El día del parto no te olvides llevarte un marco con la foto de tu hijo mayor y colocarla en la mesilla del hospital. Le hará sentirse también un poquito protagonista.
 

¿Cómo actuar tras el nacimiento del bebé?

Ya sabrás que un recién nacido es agotador y demanda todo tu tiempo y atención. Pero es esencial para su hermano mayor que trates de conservar las costumbres que tenías antes de la llegada del bebé, como leerle el cuento antes de dormir, llevarle al parque a jugar, ayudarle con sus dibujos, etc.

El nacimiento de su hermano no debe hacerle suponer que ha perdido “sus momentos” importantes contigo. Y cuando sea consciente de su rol como hermano mayor, se sentirá importante. Déjale hacer sus tareas de mayor, en función de su edad (ayudar a poner la mesa, a preparar la cena, etc.). Felicítale por sus esfuerzos y logros. No dudes en decirle a tu bebé delante de él la suerte que tiene de tener un hermano mayor que sea tan responsable.
 

La ventaja de tener hermanos

Tener un hermano, sea el mayor o el menor, es siempre ventajoso para ambos ya que pueden aprender a socializarse, a relacionarse, a pelear por lo que quieren, a compartir, a saber esperar (lo cual aumenta la tolerancia a la frustración, cosa que les resultará muy útil más adelante) sin salir de casa. Sin que por supuesto todo esto signifique ausencia de dificultades y esfuerzo en su educación.
 


Fuente: Leonard, Joan (2001), Esperar el segundo (embarazo), Ed. Médici

Fecha de actualización: 05-06-2020

Redacción: Lola García-Amado

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