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¿Por qué el embarazo es un infierno para algunas?

¿Por qué el embarazo es un infierno para algunas?

Si preguntas a varias mujeres acerca de sus embarazos, podrás encontrar todo tipo de respuestas. Algunas te dirán que fueron unos meses maravillosos, mientras que otras te hablarán de un auténtico infierno que no desean repetir. ¿Por qué pasa esto? Pues bien, fundamentalmente, depende de las molestias y síntomas que experimentes en estos meses, aunque también de tu salud mental y tu disposición.

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Índice

 

¿Por qué no estás feliz con tu embarazo?

El embarazo no es tan maravilloso ni mágico como se podría esperar. Y es que no todas las mujeres lo viven igual ni experimentan los mismos síntomas. Ni tienen las mismas ganas de estar embarazadas. Para empezar, influye mucho en cómo lo vivas lo ilusionada que estés con el embarazo. Si llevabas tiempo intentando quedarte embarazada y por fin lo logras, seguro que las náuseas y los dolores de espalda no te importan tanto. Pero si te has quedado embarazada de repente y no sabías si seguir adelante o no, o si incluso lo has hecho un poco presionada por tu pareja o por la sociedad (ya eres mayor, es el momento de tener hijos, se te va a pasar el arroz), seguro que cada molestia va acompañada del mismo pensamiento: “¡Quién me mandaría a mí!”.

Además de la disposición o no hacia el embarazo, influyen muchísimo los síntomas, molestias y complicaciones que vayan apareciendo a lo largo de la gestación. Las que más pueden influir en que el embarazo nos parezca un infierno son las siguientes:

- Náuseas y vómitos: si te pasas con náuseas y vómitos todo el embarazo, tan graves que incluso tienen que ingresarte en ocasiones, seguro que no estás nada feliz. Y es que, aunque lo normal es que las náuseas desaparezcan hacia la semana 16 de embarazo, algunas mujeres siguen sufriendo esta molestia hasta el parto, por lo que no llegan a encontrarse bien en ningún momento.

- Ciática: el dolor de espalda es normal en algunos momentos del embarazo debido al aumento del tamaño del útero que sobrecarga los músculos de la zona. Sin embargo, cuando este dolor se convierte en ciática es mucho más duro ya que el dolor de nervio ciático baja por toda la pierna y puede impedirte incluso andar.

- Migrañas: los dolores de cabeza también son habituales en estos meses a causa del aumento del volumen sanguíneo de la mamá y de las alteraciones hormonales. Sin embargo, para muchas mujeres son leves y soportables, el problema aparece cuando son tan fuertes que te sientes mareada, con náuseas y fotofobia y solo puedes pasarte las horas tumbada a oscuras hasta que se pasa.

- Amenaza de aborto o parto prematuro: también las complicaciones derivadas del propio embarazo pueden hacer que necesites reposo y no puedas moverte de la cama más que para ir al baño. La amenaza de aborto espontáneo en las primeras semanas, de parto prematuro desde la semana 20, el desprendimiento de placenta o enfermedades como la preeclampsia pueden obligarte a permanecer de reposo absoluto hasta meses, lo cual no ayuda a que el embarazo te parezca una experiencia maravillosa.

- Problemas en el feto: también es posible que estos meses te parezcan un infierno porque tu bebé presenta alguna anomalía o problema que te obliga a tomar decisiones duras o a esperar al parto para ver si puede salir adelante o no, como alguna cardiopatía, anencefalia y otros defectos del tubo neural, malformaciones, etc. En estos casos, pasarás unos meses horribles e incluso es posible que tengas que interrumpir el embarazo si las anomalías no son compatibles con la vida del feto.


¿Qué hacer en estos casos?

Aunque si estás atravesando alguna de las circunstancias antes descritas es normal que todo te parezca horrible y que estés deseando dar a luz y que se acabe el embarazo, debes intentar llevarlo lo mejor posible por tu salud mental. Cuanto más te centres en lo malo, peor te sentirás e incluso puedes acabar desarrollando una depresión. Por eso, aunque sea complicado, debes intentar centrarte en lo bueno y ser positiva para que tus emociones negativas no afecten al feto ya que está demostrado que el estrés, la ansiedad o las preocupaciones generan una serie de hormonas que pueden afectar al desarrollo futuro del feto. Así que intenta estar feliz, aunque la vida se te complique.

Para empezar, apóyate en tu pareja, familiares y amigos para desahogarte y sentirte mejor. Cuéntales cómo te sientes y no te guardes tus emociones. Llorar, gritar o maldecir puede ayudarte a sentirte mejor. Otra buena opción es escribir un diario para plasmar en él tus emociones diarias.

Es crucial que hables con tu médico de todas tus dudas y ansiedades y que sigas todas tus recomendaciones para que el embarazo vaya lo mejor posible. Coméntale sobre tus dolores y molestias para buscar tratamientos y opciones que puedan ayudarte a sentir mejor.

Si tienes que estar de reposo mucho tiempo, intenta crear una rutina y una serie de actividades diarias que te ayuden a llevarlo bien. Puedes leer esos libros que nunca tenías tiempo de leer, pintar, hacer sudokus, realizar pequeños ejercicios de muñeca y tobillos en la cama, ver películas o series, ordenar los álbumes de fotos… Procura estar ocupada y hacer cosas diferentes para que la casa no se te caiga encima.

Por último, céntrate en el objetivo final: tener a tu hijo en brazos. Es cierto que es una lástima no poder disfrutar del embarazo ya que, si no hay problemas, es una experiencia muy bonita, pero si por desgracia esto no es así para ti, en lugar de lamentarte y pasarte los meses quejándote, intenta llevarlo con calma y estoicismo y piensa en cuando por fin puedas tener a tu pequeño en brazos. Todo llega.


Fuentes:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

West, Zita (2007), El cuidado del bebé antes del nacimiento. Ed. Pearson Alhambra.

Fecha de actualización: 13-01-2021

Redacción: Irene García

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