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¿Es posible tener un parto sin contracciones?

¿Es posible tener un parto sin contracciones?

Las contracciones siempre forman parte del parto. Se pueden atenuar los dolores con la epidural, pero hay mujeres que eligen enfrentarse al parto natural. Lo cierto es que existen numerosas técnicas que hacen que dar a luz sea llevadero y se convierta en un momento único en nuestra vida.

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No, no es posible. Las contracciones son totalmente necesarias para lograr que el cuello del útero se acorte y se dilate hasta los 10 centímetros, así como para ayudar al bebé a descender por el canal de parto y salir. La única manera de conseguir un parto sin contracciones, es mediante una cesárea. Pero en cualquier tipo de parto vaginal, inducido o no, tiene que haber contracciones necesariamente.

Sin embargo, si lo que te da miedo es el dolor de las mismas, te contamos cómo hacerles frente.

Para tener un parto sin dolor es necesario entrenar nuestro cuerpo y mente para sentirnos seguras en el día más esperado. Para ello, hay que trabajar para mantener una buena actitud mental para evitar el miedo. Debéis saber que el miedo produce una gran tensión muscular y emocional que potencia el dolor, por lo tanto, es necesario evitarlo. Se puede hacer a través de:

- Información veraz sobre el estado del embarazo y parto. En las revisiones ginecológicas, sentirás un respiro cuando en las ecografías se muestre que todo va bien y que el cuerpo esté totalmente preparado para el parto. La relajación es un factor importante que contribuye al momento anhelado.

- No hacer caso a los tópicos sobre el parto. Seguramente hayáis escuchado a muchas madres decir que dar a luz ha sido de los momentos más dolorosos de su vida, al igual que en las películas se ven mujeres llorando y gritando. Debéis hacer caso omiso de estas situaciones porque el dolor no viene de las contracciones, procede de nosotras mismas. Las contracciones son como una especie de calambres en el vientre.

- Aprende a liberar la tensión y el dolor. Lo mejor es que optéis por clases de preparación al parto para que aprendáis a tonificar la musculatura interna y externa, y a saber relajarla. El mayor problema de las contracciones es cuando el cuerpo no consigue descansar ni relajarse entre cada una de ellas.

Por otro lado, la respiración es otro factor que permite que dar a luz sea lo menos doloroso posible y que la mamá tenga un recuerdo especial de ese día. Las técnicas son las siguientes:

- En el momento de la contracción, es necesario hacer la respiración abdominal. Tienes que inhalar por la nariz 8 veces y retener el aire en vacío durante tres segundos y exhalar hasta 16 veces.

- Cuando no se produzca contracción, hay que aprovechar para dar oxígeno al bebé. Se debe combinar la respiración pulmonar y abdominal. Para ello, hay que inhalar por la nariz 3 veces, tanto para la abdominal como para la pulmonar. Retener en vacío, para posteriormente exhalar en 6 veces ambas respiraciones.

- Cuando aparezca la sensación de pujar, es necesario avisar al médico. Para contener mientras tanto el puje, hay que hacer una respiración muy superficial y rápida por la nariz o por la boca.

- Cuando el médico ya haya acudido a la sala y esté todo preparado, al aparecer de nuevo una contracción, se debe tomar la mayor cantidad de aire posible y retenerlo para hacer fuerza para pujar.

- No debéis olvidar en ningún momento que mantener la calma es primordial en el embarazo y que la mujer se encuentre en compañía de su persona más allegada. El acompañante tiene que estar entrenado e informado de las técnicas de respiración anteriores para lograr tranquilizarla y ayudarla en todo momento.

Otras de las opciones es gritar cuando se necesita, porque después de esta reacción nuestro organismo se va a sentir mejor. Si no lo hacemos, el estrés se retiene y, como resultado, habrá más molestias.

Los baños calientes ayudan a reducir el dolor y a acelerar la dilatación, puesto que relaja con extrema eficacia la musculatura abdominal. Para entrar en el agua, tienes que tener una dilatación mínima de cuatro centímetros.

Aunque hay mujeres que evitan ser tocadas durante los momentos del parto, la mayoría prefieren recibir masajes en las zonas dónde acumulan más tensión en esos momentos, como el cuello o la parte baja de la espalda. El masaje ayuda a que el parto sea más llevadero, ya que al masajear la piel se liberan endorfinas.

Por último, tienes que escoger la postura adecuada, en la que se sienta menos dolor. Las más recomendadas son las posturas verticales (de pie o con las rodillas levemente flexionadas) porque son cómodas y aceleran el ritmo de las contracciones, la posición de cuadrúpedo si sufres problemas de espalda y estar tumbada sobre el lado izquierdo.


Fecha de actualización: 07-08-2020

Redacción: Irene García

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