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Tipos y riesgos del aborto inducido

Tipos y riesgos del aborto inducido

El aborto inducido es la interrupción voluntaria del embarazo, la cual se puede llevar a cabo por diversos motivos tanto de salud física o emocional de la madre como de desarrollo del bebé. Existen diversos métodos para realizarlo y, entre las consecuencias más importantes, se encuentran las emocionales.

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Índice

 

Causas para el aborto inducido

En medicina, el aborto es la interrupción del embarazo, la cual se puede llevar a cabo de manera espontánea (aborto natural) o inducida (realizada por un profesional médico). Existen diversos métodos para llevar a cabo este proceso y cada país tiene una legislación diferente al respecto. Por ejemplo, en muchos países el aborto inducido es ilegal, es decir, las mujeres que quieren realizarlo deben hacerlo de manera clandestina y se enfrentan a penas de cárcel si las descubren. En otros es legal interrumpir un embarazo si este pone en riesgo la vida de la madre, si el feto presenta malformaciones congénitas graves, si es fruto de una violación… En otros es legal en todos los casos. También varía la semana de gestación hasta la que es legal practicarlo entre las 12 y las 20 semanas.

Las causas de su práctica pueden ser:

- Violación o agresión sexual. Si se produce un embarazo tras una violación, algunas mujeres prefieren abortar antes que tener a ese niño fruto de una experiencia tan traumática.

- No tener medios para cuidar del bebé. Para algunas mujeres, la falta de recursos económicos lleva al aborto inducido.

- No estar preparada para ser madre. Esto es habitual en adolescentes y chicas muy jóvenes que se quedan embarazadas sin quererlo y aún no están preparadas para ser madres.

Miedo. En muchos casos, el miedo a lo que pensarán los demás, la familia, la sociedad o la propia pareja lleva al aborto.

- Problemas de salud de la madre. A veces, el embarazo pone en riesgo la salud física o emocional de la madre, llegando incluso a poner en riesgo su vida.

- Malformaciones del feto. Si se detectan graves malformaciones congénitas en el feto, que imposibilitan su vida o le aseguran una vida incompleta e infeliz, es mejor interrumpir el embarazo antes que hacerle sufrir más.


Tipos de aborto inducido

Para llevar a cabo el aborto inducido se puede recurrir a diversos métodos. La elección, normalmente, viene motivada por la edad gestacional y el tamaño del feto en el momento del aborto.

Por una parte, se pueden administrar diversos fármacos a la mujer que provocan la interrupción del embarazo y la expulsión del feto mediante un sangrado por la vagina. Estos medicamentos hacen que el útero se contraiga y comience el parto. Este método es conveniente para las primeras semanas de embarazo, cuando el embrión apenas mide unos centímetros.

Antes de las 12 semanas de gestación también se puede realizar la aspiración manual, que consiste en succionar al feto usando una jeringa manual o una bomba eléctrica de aspiración.

Si el aborto tiene que inducirse en el segundo o tercer trimestre de embarazo se hace mediante el uso de medicamentos y la dilatación del cuello uterino para que se expulse al feto. Se pueden inyectar una serie de sustancias en el feto o en el saco amniótico (solución salina, potasio de cloruro, digoxina). También se pueden inyectar en el cuello del útero para ablandarlo y provocar las contracciones uterinas que provocarán la expulsión del feto o administrar oxitocina para provocar contracciones. En definitiva, provocar el parto de manera prematura para que nazca el bebé y no darle asistencia para que no sobreviva.


Riesgos del aborto inducido

El aborto inducido, sea cual sea el método elegido, tiene una serie de riesgos físicos para la embarazada:

- Infección uterina o en las trompas de Falopio

- Hemorragia

- Daños al útero (sobre todo si se utiliza la técnica del raspado)

- Infertilidad

- Muerte de la madre (solo si el aborto no se lleva a cabo bajo la supervisión médica necesaria, sino en condiciones deficientes de higiene y salud)

- Incompetencia posterior del cuello uterino (más habitual en mujeres que se han sometido a varios abortos quirúrgicos)

Si la mujer nota hemorragias vaginales intensas, dolor abdominal fuerte, fiebre o cualquier otro síntoma preocupante, debe ir a Urgencias para comprobar que no hay habido ninguna complicación. Es normal sangrar durante las dos primeras semanas ya que el útero debe expulsar todo el contenido relacionado con el embarazo, pero estos sangrados deben ir disminuyendo y nunca ser demasiado intensos. Y también es normal tener cierto dolor abdominal que puede tratarse con paracetamol o antinflamatorios.

No se aconseja usar tampones en la primera semana ni mantener relaciones sexuales hasta que el sangrado cese, ya que el útero sigue abierto y se puede provocar una infección.

La regla suele volver a los 40 o 50 días tras el aborto y, desde ese momento, la mujer puede volver a usar el método anticonceptivo que desee (la mejor manera para no volver a quedarse embarazada sin desearlo).

Si el aborto se produjo por malformaciones del feto, puede ser necesario hacer una serie de pruebas genéticas a los padres antes de buscar un nuevo embarazo para evitar que vuelva a pasar.

Por último, además de los riesgos físicos asociados al aborto inducido existen muchos riesgos y consecuencias emocionales, puesto que abortar nunca es una decisión fácil, y menos aún si la mujer quería tener al bebé y se ve obligada a ello por motivos de salud. Superar un aborto puede ser complicado y puede causar ansiedad, tristeza, depresión o incluso un trauma. En estos casos, será necesaria la ayuda psicológica.

 


Fuente: Planned Parenthood

Clínica Mayo: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/pregnancy-loss-miscarriage/symptoms-causes/syc-20354298

Fecha de actualización: 19-03-2021

Redacción: Irene García

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