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¿Qué son los bebés arcoíris?

¿Qué son los bebés arcoíris?

Un arcoíris es una banda luminosa con forma de arco que presenta los colores del espectro solar y aparece a veces en el cielo debido a la refracción y reflexión de la luz del sol en las gotas de lluvia después de una tormenta. Por tanto, es un símil perfecto para aludir a la esperanza pues tras un día gris siempre hay belleza. Pero el término también sirve para categorizar a un tipo de bebé, que como el arcoíris, que nace después de un suceso trágico –la tormenta– como es la muerte de un hijo por aborto natural o recién nacido.

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Índice

 

¿Qué es un bebé arcoíris?

El término bebé arcoíris se utiliza para hacer referencia a ese hijo que nace en el seno de una familia después de que esta haya tenido que hacerle frente a la pérdida de uno anterior, ya sea durante el embarazo, en el momento del parto o en el tiempo posterior al mismo. Este concepto se popularizó a partir de la idea de que después de una tormenta siempre llega un momento de claridad, de luz, de positividad y belleza como la que produce un arco iris. Y ese sentimiento es lo que produce un recién nacido en una familia que ha tenido que sufrir ese duelo.

Según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, entre el 10% y el 20% de las gestaciones resultan fallidas y acaban en un aborto espontáneo. En el mundo, unos 2,6 millones de bebés nunca llegarán a nacer. Acompañando este dolor, hay 7 mil familias en todo el mundo que tienen que sufrir el trauma de despedir a su niño que acababa de llegar al mundo. Las causas a estas tragedias no están claras, pero puede deberse a complicaciones durante el embarazo, infecciones maternas, trastornos de la madre como preeclampsia y diabetes, restricción del crecimiento fetal y anomalías congénitas. Aunque puede deberse a otros motivos, por lo que debemos estar preparados para las adversidades.
 

El bebé estrella

Siguiendo con la terminología, dentro de este contexto también podemos encontrar al “bebé estrella”, que es aquel que inicia su desarrollo en el vientre materno pero nunca llega a nacer. Se utiliza esta expresión para hacer referencia a las estrellas fugaces que aparecen por el firmamento de forma rápida y efímera, pero dejan una estela. Esta es una forma sana de llamar a esta pérdida tan grave que sufren las personas que esperaban al bebé, pues alivia un poco su pérdida. Las palabras son importantes, y pensar en un bebé fallecido antes de su nacimiento como un ‘bebé estrella’ consuela de alguna forma a su familia. La ilusión frustrada puede convertirse en esperanza, y al mirar al cielo, podemos recordar al menos que el tiempo que estuvo en nuestro cuerpo le transmitimos todo el amor que le aguardaba. Una madre de un bebé estrella, si se siente así, sigue siendo una madre. La experiencia de haber tenido un bebé estrella es un primer contacto con la maternidad y enseña a amar de esa forma. Eso es lo que se queda.
 

El parto muerto

Un parto en el que el bebé no respira, o muere a las pocas horas del parto, se puede denominar también ‘parto muerto’. Las personas que pierden a sus hijos de esta manera deben atravesar una etapa de duelo durante la que es importante afrontar y sobrellevar emociones como el enfado, la culpa, la depresión y la ansiedad. Igual que en el caso del ‘bebé estrella’, deben afrontar ese dolor y convertirlo en fuerza para conseguir volver a ser padres, si así lo desean.
 

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Quedarse embarazada después de una pérdida

Cada persona supera el duelo de una forma distinta y el momento de volver a intentarlo debería ser en el momento en que sientan que tienen fuerzas para volver a enfrentar todo el proceso de embarazo. Según un estudio reciente realizado en Escocia, cuando una mujer queda de nuevo en estado antes de que se cumplan seis meses de un aborto natural, el riesgo de volver a sufrir otra pérdida es un 33% más bajo que si se deja pasar más tiempo, sobre todo si transcurren más de dos años. No obstante, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es dejar pasar al menos un semestre desde un aborto natural para que la mujer y su pareja tengan el tiempo mínimo para atravesar el duelo y cuenten con la solidez emocional necesaria.

No tienes la culpa. Tú útero es tuyo y no debes vincular la muerte con tu cuerpo. Aunque es natural hacerlo, debes evitar a toda costa la culpa. Eres humana e igual que algún día tú misma morirás, pueden ocurrir tragedias que no puedes controlar de ningún modo. Perdónate.

El bebé arcoíris no llega para ‘ocupar un espacio vacío’ o reemplazar el dolor. Debemos comprender que nuestros hijos, a pesar del vínculo especial e intenso que nos une a ellos, no son ‘nuestros’. No nos pertenecen, no son una extensión de nuestro cuerpo, aunque les hayamos dado vida a través de él. Por eso tenemos que tratar a ‘nuestro bebé arcoíris’ como la bienvenida a otra persona, con sus individualidades y libertades. El niño nunca llenará ningún espacio vacío, creará el suyo propio y es injusto que cargue con el miedo y la tristeza del anterior. El dolor nunca se irá, pero podemos transformarlo… No subestimemos nuestra capacidad de amar y de superarnos ante la adversidad.

Es normal tener ansiedad y estrés con mayor intensidad que otras mujeres embarazadas. La experiencia del dolor por la pérdida de un hijo no es algo que se pueda contar ni, mucho menos, comprender. Sólo si lo has pasado por ello lo sabrás, en toda su complejidad y profundidad. Por eso es importante comprenderte y saber que, aunque no lo quieras, vivirás esta experiencia con mayor ansiedad añadida. Perder la inocencia y manejar de nuevo la ilusión es difícil. Date tiempo, deja que fluyan tus emociones.

Aprender a dominar el miedo. Nadie nos puede asegurar si tendremos que afrontar de nuevo otra pérdida, pero no podemos dejar que el miedo domine nuestras vidas. Déjate a ti misma ilusionarte de nuevo y crear un vínculo especial con tu bebé. Aunque el miedo a cantarle, a tocarlo, a hablarle, a imaginarlo y a imaginarse con él sea una respuesta natural de protección ante el pánico de perderlo, debes gestionarlo y permitirte disfrutar del embarazo.

Acude a ayuda psicológica y a grupos de ayuda. Puede que necesites más herramientas para superar la pérdida y gestionar el nuevo embarazo. Después de todo, has sufrido un trauma especialmente grave y lo más seguro es que necesites ayuda de la psicología. No dudes de tu capacidad de amar. Te llevará siempre a donde quieras.


Fuente:

https://psicologiareproductivahoy.wordpress.com/2016/12/05/dos-amores-el-bebe-estrella-y-el-bebe-arcoiris/

Fecha de actualización: 04-12-2020

Redacción: María Segura

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