¿Cuándo empezar con el ácido fólico?

Índice

• ¿Qué es el ácido fólico?
• Diferencias entre folato y ácido fólico
• ¿Cuándo debo comenzar a ingerir ácido fólico?
• Síntomas de nivel de ácido fólico bajo

De lo más importante para cualquier mujer que se ha enterado de que se encuentra embarazada es que su hijo nazca sano y salvo, por lo que es necesario que se cuide durante toda esta etapa para que su bebé tenga un buen desarrollo.

Es importante que mantengas tu cuerpo en un buen estado de salud por lo que mencionábamos anteriormente, esto porque tu hijo va a necesitar también de tu energía, tus descansos, tu dieta...

Para que tu cuerpo se mantenga saludable durante esta etapa tan importante es necesario que comiences por lo más importante, tener buenos hábitos en general, pero si no los tenías, ahora es buen momento para empezar.

Los buenos hábitos pueden ser desde comer lo que tu cuerpo necesita y de forma balanceada, evitando consumir alimentos dañinos, hasta hacer ejercicio moderado para fortalecer tu cuerpo y descansar lo necesario para su recuperación.

 

¿Qué es el ácido fólico?

El ácido fólico es una vitamina B, en concreto, la vitamina B9, la cual ayuda a la generación de nuevas células. Como todas las vitaminas del grupo B, es vital para el buen funcionamiento de nuestro organismo y está muy involucrada en el mantenimiento de la función cerebral y del sistema nervioso.

Durante el embarazo es fundamental contar con las reservas necesarias de ácido fólico ya que hay varios estudios que indican que la ingesta adecuada de ácido fólico ayuda a prevenir defectos en la médula espinal y el cerebro del bebé, como la anencefalia o la espina bífida.

Esta vitamina también reduce el riesgo de sufrir un aborto espontáneo, tener un desprendimiento prematuro de placenta o padecer preeclamsia.

Algunos alimentos en los que se puede encontrar ácido fólico son los siguientes:

- Cítricos

- Vegetales con hoja verde

- Legumbres

- Leche

- Cereales integrales

El problema es que es una vitamina hidrosoluble, por lo que es complicado contar con las cantidades necesarias de ácido fólico solo con la dieta.

 

Diferencias entre folato y ácido fólico

Aunque mucha gente piense que son lo mismo, el folato es la forma natural en la que esta vitamina está presente en algunos alimentos, mientras que el ácido fólico es un tipo de folato sintético que se incluye en suplementos vitamínicos y complementos alimenticios.

La diferencia está en su estructura química y el modo en que nuestro cuerpo los aprovecha. El folato es asimilado por el organismo a través de la mucosa del intestino delgado mientras que el ácido fólico necesita un paso adicional en el hígado.
 

¿Cuándo debo comenzar a ingerir ácido fólico?

El consumo de esta vitamina debe comenzar desde antes del embarazo, ya que el tubo neural se cierra en las primeras semanas de gestación, por lo que es posible que ya se haya cerrado antes de que sepas que estás embarazada.

Por eso, se aconseja, para que tengas reservas suficientes, que comiences a tomar un suplemento de ácido fólico de 400 mg unos 3 meses antes de la fecundación.

La mayoría de los nutrientes son mejor absorbidos en ayunas, por ello se recomienda que consumas esta vitamina en tu primer alimento y en las primeras horas del día después de haber despertado.

Una vez confirmado el embarazo se ha de continuar con el ácido fólico hasta las primeras 12 semanas como poco, aunque puedes seguir tomándolo toda la gestación.

Aunque la dosis recomendada está en 400 mg, en mujeres con embarazos múltiples puede aumentar hasta 800 mg. Será tu médico quien te diga la cantidad adecuada.
 

Síntomas de nivel de ácido fólico bajo

La deficiencia de ácido fólico en el organismo se manifiesta mediante una serie de síntomas, la mayoría de ellos relacionados con la disminución de los glóbulos rojos (anemia):

- Problemas cognitivos, como falta de concentración u olvidos repentinos.

- Dolores corporales, normalmente dolor de cabeza o en las extremidades.

- Palidez en la piel.

- Falta de aliento al realizar ejercicio físico.

- Problemas digestivos como náuseas, vómitos o diarrea.

- Inflamación de las mucosas de la boca, aparición de llagas.

- Fatiga e irritabilidad.

Como ves, muchos de estos síntomas se pueden confundir con síntomas propios del embarazo, por eso es importante que tomes ácido fólico desde antes de la concepción.