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La niña que dibujaba

Enviado por jazaks

La niña que dibujaba

En un pueblo muy pequeño y distante vivía una niña que se llamaba Irene. Ella vivía con sus padres y un hermano menor. Le encantaba dibujar. Pasaba el rato dibujando.

Su pueblo aunque pequeño era muy bonito, había un parque lleno de pinos, pájaros y un lago con peces y patos. A Irene le encantaba la naturaleza, ella cuidaba mucho del medio ambiente. Ella quería que el cielo siguiera azul, tan azul que contrastara con la nubes. Quería que el aire que respiraba siguiera tan puro como era allí en su pueblo.

Pero al paso que Irene crecía, su pueblo también crecía. ¡Pero había un problema! Su pueblo crecía tan desordenado que pasó una cosa terrible: de repente ya quedaban pocos pinos, y en su sitio fueron surgiendo viviendas, polígonos, tiendas y otras cosas más. Entonces Irene empezó a preocuparse, porque aquellos colores que a ella tanto le gustaba, el verde de los árboles, el azul del cielo, el rojo de las rosas, todo iba desapareciendo poco a poco. Fue cuando ella tubo una gran idea: antes de que todas aquellas cosas tan bonitas desaparecieran, ella iba dibujando y pintando, con la intención de no olvidarse jamás cuanta cosa bonita había en la naturaleza.

Ella empezó por el parque. Hizo un dibujo precioso, con todos los árboles verdes brillantes. Y menos mal que dio tiempo de acabar el dibujo del parque, porque pronto acabaron con él para hacer un centro comercial en su sitio.

Luego ella hizo un dibujo del cielo azul, con nubles blanquitas... Justo el día siguiente empezó a funcionar una fábrica de cemento que echaba un humo negro horrible que el cielo se quedó gris. Ya no se podía ver el cielo azul desde el pueblo.

Después Irene empezó a dibujar el lago con los peces y patos. Pero allí empezaron a echar basura, y el lago se contaminó. Desafortunadamente los peces y los patos se murieron.


Y ella empezó a observar las personas que vivían en el pueblo y se dio cuenta de que la gente ya no era tan feliz como antes. Ellas estaban siempre preocupadas, con prisas, pasaban de estar felices. Ya no tenían tiempo para charlar con los vecinos, para conmemorar la fiesta del pueblo... ¡pobres personas!

Irene estaba segura de que la gente de su pueblo estaba de aquella manera porque en el pueblo ya no había colores para alegrar la vida. Ya no había el azul del cielo, el verde de los árboles, el rojo de las rosas... Entonces ella tuvo una gran idea: para que la gente se acordara de lo bonito y alegra que era el pueblo, Irene amplió sus dibujos y los expuso por todo el pueblo, para que todos los vieran.

En aquel mismo día pasó una cosa maravillosa: la gente realmente se puso a ver los dibujos de Irene, la fábrica paró, los coches pararon, y todos se quedaron emocionados al recordar de cómo eran felices viviendo con tanta naturaleza alrededor. Se dieron cuenta que tenía que hacer algo para que los colores de la vida volvieran al pueblo.

Se pusieron a replantar los arboles, a organizar la fábrica para que no contaminase tanto el medio ambiente, ya no echaban nada malo al lago. Estaban haciendo cosas para que fuera posible crecer sin devastar la naturaleza.

Pues todo eso sirvió de mucho: ¡El pueblo volvió a sonreír! Y Irene, la niña que dibujaba, pasó para la historia de aquel pueblo. La hicieron una estatua en el parque, llena de arboles y pájaros. Y lo más importante fue la lección que ¡HAY QUE CUIDAR DE LA NATURALEZA!

FIN
 

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