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Roséola infantil o sexta enfermedad

Roséola infantil o sexta enfermedad

Es una infección viral común en bebés y niños que causa una característica erupción cutánea rosácea. Igual que ocurre con cualquier otro virus, no existe tratamiento, solo medidas para aliviar los síntomas.

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Índice

 

Causas de la roséola

La roséola está causada por un virus llamado herpesvirus humano 6  y 7 (HVH-6 y HVH-7). Estos virus pertenecen a la misma familia que el virus del herpes simple (VHS), pero no causan las calenturas labiales ni las verrugas genitales del otro.

Es más frecuente en bebés entre los 4 meses y los 2 años.

Se la conoce también como exantema súbito, fiebre de los tres días o sexta enfermedad. Este último nombre proviene de un listado que había hace años de las enfermedades exantemáticas propias de la infancia (aquellas que provocan fiebre y sarpullidos): escarlatina, sarampión, rubéola, varicela y eritema infeccioso son las 5 primeras.
 

Síntomas de la roséola

Los primeros síntomas de esta enfermedad son:

- Enrojecimiento de los ojos

- Irritabilidad

Fiebre muy alta que dura tres días y puede ir acompañada de convulsiones

- Dolor de garganta

- Rinorrea

- Ganglios del cuello inflamados

De 2 a 4 días después de empezar con estos síntomas aparece una erupción cutánea de color rosa o rojo que se extiende por el tronco, los brazos, las piernas y el cuello. Son pequeñas llagas ligeramente elevadas que suelen durar unos 2 días  y que no causan picor.

Es una enfermedad común en niños desde 3 meses hasta los 4 años. Se contagia a través de las secreciones salivares ya sea por contacto directo o al tocar superficies contaminadas y luego tocarse las mucosas de las nariz, ojos o boca y su periodo de incubación es de 5 a 15 días.

Es una enfermedad benigna con muy pocas complicaciones de salud. Cuando aparecen, las más frecuentes son las neurológicas (convulsiones, meningitis, encefalitis) y la trombopenia (bajada en el número de plaquetas).
 

¿Cómo se trata la roséola?

El diagnóstico en pediatría del exantema súbito se basa fundamentalmente en la edad, la historia clínica y los hallazgos clínicos. En la analítica se detecta una leucocitosis en la fase febril. En cambio, en el período exantemático destaca leucopenia con linfomonocitosis y neutropenia.

Al ser un virus no existe tratamiento específico, ni vacuna contra ella. La enfermedad mejora por sí sola en unos días. Se pueden aplicar medidas para bajar la fiebre al pequeño, como darle antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno en la dosis recomendada por el profesional de emdicina) o baños de agua tibia. Si tuviera convulsiones por la fiebre habría que acudir a Urgencias.

No se deben dar antibióticos ya que no es una enfermedad bacteriana ni aspirina ya que puede causar el síndrome de Reye, que puede conducir a insuficiencia hepática y a la muerte.

Para combatir la deshidratación se deben ofrecer muchos líquidos al bebé, ya sea agua, leche materna o de fórmula, según la edad del pequeño.


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