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¿Qué es un granuloma umbilical?

¿Qué es un granuloma umbilical?

Los cuidados de los bebés tienen una gran importancia sobre todo en las primeras semanas de nacido. El cuidado de las uñas, la crema después del baño y el baño, la ropa, el cuidado de los ojos, la nariz y la boca, pero también la cura del cordón umbilical. En algunas ocasiones puede aparecer en los bebés un granuloma umbilical, que no se trata de una infección del ombligo sino simplemente de un crecimiento anormal del mismo.

 

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¿Qué es un granuloma umbilical?

El granuloma es una masa o bulto de color rosado que se queda en el ombligo del bebé una vez este se ha caído. Esta masa o bulto redondeado se puede observar mientras el ombligo está cicatrizando. Es una masa bien definida de superficie lisa y color rosado que en ocasiones puede estar cubierta por una especie de moco pegajoso, y en otras supurar un fluido amarillento.

No aparece en todos los bebés y su causa se desconoce, pero los expertos aseguran que esto tiene que ver con la forma en que el tejido se va curando y en cómo se separa el cordón umbilical del bebé, pero que, por supuesto, nada tiene que ver con la cura del cordón por parte del adulto. Pero cuando aparece hay que tratarlo. ¿Por qué? Principalmente porque el granuloma umbilical tiende a crecer convirtiéndose de manera irremediable en el punto de entrada de infecciones umbilicales. Y, aunque existen diversas formas de tratarlo, en todo caso lo hará su pediatra.

Los granulomas más pequeños deberán ser tratados con la aplicación tópica de nitrato de plata, una sustancia que seca la lesión y que no causa daños al bebé, pues el granuloma no tiene nervios. Sin embargo, los padres pueden notar que después de dos o tres aplicaciones de nitrato de plata este no se cura o tiene un color rojizo. Si esto sucede lo más probable es que un trozo de tejido esté conectado a la vejiga (onfalocele) o al intestino (persistencia conducto onfalomesentérico), aunque ambos casos suelen ser bastante raros.

El onfalocele es un defecto congénito, una anomalía que aparece antes del nacimiento a medida que el feto se forma en el útero materno. Algunos de los órganos abdominales sobresalen a través de un orificio de los músculos en la zona del cordón umbilical. Por su parte, el conducto onfalomesentérico es una estructura embrionaria que comunica al saco vitelino con el intestino medio y que generalmente desaparece entre la quinta y la novena semana de vida intrauterina. Pero no debemos alarmarnos pues el porcentaje de que esto se produzca es mínimo.

En relación con el tratamiento probablemente lo más seguro y cómodo sea aplicar sal común de cocina. Con las manos limpias se cubrirá el granuloma con una pizca de sal, se pondrá encima una gasa y se mantendrá durante veinte minutos aproximadamente. Tras esto la sal se retirará utilizando una gasa limpia húmeda. Este procedimiento debe repetirse dos veces al día durante tres días y lo mejor es hacerlo mientras el bebé duerme.

Al cabo del segundo y el tercer día (al igual que con el nitrato de plata) el padre notará que el granuloma en el ombligo del bebé se ha reducido enormemente, que cambia de color y se va curando. Si no sucede eso, deberá volver a consultar al experto en pediatría.


Infección en el ombligo. ¿Cómo sabemos si está infectado?

La infección en el ombligo del recién nacido es lo que conocemos como onfalitis. La onfalitis o infección del ombligo en el recién nacido puede tener consecuencias muy graves dada la inmadurez de su sistema inmunitario. Se produce con muy poca frecuencia, pero lo cierto es que esta infección es peligrosa por lo que es muy importante desinfectar bien el ombligo del bebé para evitar contraerla.

El primer signo de la onfalitis es que el ombligo huela mal. De hecho, si el cordón umbilical está anormalmente húmedo, presenta secreciones purulentas y turbias y además huele a “podrido” los padres deberán consultar de inmediato al pediatra. Junto al mal olor, el enrojecimiento de la zona alrededor del ombligo, la supuración, que el bebé tenga fiebre mayor de 38ºC o que incluso llore cuando el adulto le pasa la mano por el ombligo también podrían ser síntomas indicadores de la onfalitis, por lo que también habrá que acudir al pediatra de inmediato.  

 

¿Qué hacer para evitar que el ombligo del bebé se infecte?

Para prevenir la infección de ombligo lo más importante es la higiene del cordón umbilical. Es fundamental lavarse siempre las manos antes y después de tocar el ombligo del bebé. Después habrá que limpiar el ombligo con toques de toallita, algodón o bastoncillos limpios y humedecidos en alcohol. Esta limpieza se hará con firmeza, pues el área umbilical no tiene sensación por lo que el alcohol no quema. Si el cordón ya se ha caído habrá que verter un poco de alcohol en la cavidad y retirarlo al cabo de dos o tres minutos.

Sin embargo, si el cordón umbilical aún está unido, se limpiará por debajo levantándolo y moviéndolo de lado a lado. No pasa nada si este se mancha con las heces, pero si ocurre lo único que se debe hacer es limpiar el área con mucha agua y después con alcohol. Con ello podrán evitarse muchas infecciones. 

Los expertos del Servicio de medicina de Neonatología del Hospital de León en su informe “Patología Umbilical Frecuente” recogen en relación a los cuidados del cordón umbilical que la necesidad del conducto vitelino y los vasos que quedan en el cordón umbilical rodeados de la gelatina de Warthon desaparece en la vida extrauterina, y que después de la ligadura queda un remanente adherido a la pared abdominal, que sufriendo un proceso de momificación o gangrena seca se desprende finalmente entre el día 5 y 15 de vida quedando una herida granulosa, cubierta por piel y peritoneo en el fondo, y finalmente la cicatriz en forma de saco que es lo que conocemos como ombligo.

Dentro de las primeras 48 horas de vida del neonato, el ombligo se coloniza con microorganismos del canal de parto y de las manos de los cuidadores en el 99% de los casos. Por eso, tal y como afirman los investigadores de este estudio, “en nuestro medio se recomienda el aseo del cordón umbilical con alcohol 70% que envuelva el cordón evitando el contacto con el pañal”. Médicos y pediatras de todo el mundo consideran que el cuidado del pañal es fundamental a la hora de proteger el cordón umbilical. Cuando lo hagas deberás utilizar toallitas húmedas (sobre todo cuando el pañal esté muy sucio) y aplicar un bálsamo o vaselina antes de poner el pañal para prevenir, además, la dermatitis del pañal.

Por último, para terminar de proteger adecuadamente el cordón umbilical y, por supuesto, a tu bebé, deberás cuidar el muñón del cordón umbilical (dura entre diez días y tres semanas después del parto) y limpiarlo con una gasa en cada cambio de pañal, limpiar el área del cordón umbilical a fondo para quitar cualquier residuo húmedo de los tejidos y, por último, asegurarse siempre de que el cordón quede en contacto con el aire o utilizar pañales con recorte umbilical.


Fuente: AEPED EnFamilia “Patología umbilical frecuente” https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/41.pdf

Fecha de actualización: 25-06-2021

Redacción: Ana Ruiz

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