Fiebre en bebés de 1 mes
La fiebre es un indicativo de la presencia de una enfermedad; por lo tanto, además de administrar al niño antitérmicos, es necesario buscar la causa que le está provocando esa subida de temperatura, sobre todo si hablamos de recién nacidos.
Indice
¿El bebé tiene fiebre?
El organismo se encuentra en un estado de equilibrio denominado homeostasis. Para mantenerla y llevar a cabo con normalidad las funciones fisiológicas el organismo debe mantenerse a una temperatura de entre 36 y 37º C. Para conseguirlo, el cuerpo cuenta con diversos mecanismos para regular la temperatura, como el sudor. El problema es que los bebés aún no son capaces de regular bien su temperatura.
La temperatura normal puede variar de una persona a otra y oscilar según el momento en que se tome: es más alta después de hacer ejercicio físico, si hace mucho calor, tras las comidas o en las últimas horas de la tarde, así como más baja nada más despertarse.
La fiebre, por su parte, no es una enfermedad en sí, sino un síntoma de que algo le sucede al organismo. Es una respuesta para combatir un virus o bacteria y es mucho más habitual en los bebés. Las vacunas también puede causar fiebre.
Los lactantes tienen la temperatura más elevada que los adultos. Por eso, en niños tan pequeños se considera fiebre cuando la temperatura rectal y la del oído son mayores de 38 ºC o cuando la temperatura axilar es superior a los 37,5 ºC.
Por debajo de estas temperaturas se considera febrícula o temperatura normal.
Asimismo, si no hay cerca un termómetro, existen otros síntomas que alertan a los padres de la existencia de fiebre: llanto, temblores, escalofríos, inquietud, rubor facial, sudor, extremidades frías y palidez. Sin embargo, los bebés muy pequeños no siempre sudan ya que su termorregulación corporal aún es inmadura.
Un 3% de la población infantil puede tener convulsiones febriles producidas por el aumento brusco de la temperatura. Aunque las convulsiones son muy alarmantes, no son graves ni causan efectos indeseados en el cerebro del bebé. Cuando ocurran, coloca al bebé de lado para evitar atragantamientos con un posible vómito, evita darle medicamentos y acude rápidamente al médico.
En general, la fiebre más elevada no está siempre relacionada con la gravedad de la enfermedad (salvo en el lactante pequeño) y no produce efectos indeseables. Es más, las temperaturas menores de 39.5º son muy bien toleradas por el niño, por eso se dice que no siempre hace falta darles antitérmicos.
Para tomar la temperatura a un bebé de esta edad se aconseja hacerlo por vía recta con un termómetro digital. A partir de los 6 meses se puede hacer también por vía axilar.
¿Cuándo acudir al médico?
Con menores de 3 meses siempre hay que acudir al médico, ya que en niños tan pequeños es importante diagnosticar cuanto antes la causa de la fiebre y así atajar la enfermedad lo antes posible.
Normalmente la subida de temperatura se debe a una infección (resfriado, otitis, infección urinaria…), aunque también puede deberse a cansancio, insolación, etc.
El pediatra o profesional de medicina será el que determine la causa y la gravedad del trastorno y, en consecuencia, decida el tratamiento más efectivo.
Solo hay que administrar antibióticos en caso de infección bacteriana.
Consejos para bajar la fiebre
Para disminuir su temperatura debes:
- Mantener su habitación fresca y ventilada, alrededor de 20º C y sin fuentes de calor cerca.
- Dejarle con poca ropa de abrigo, pero sin que coja frío. Nunca le metas debajo de un montón de mantas.
- Bañarlo con agua tibia durante unos 10 minutos.
- Darle de mamar más a menudo.
- Darle el antitérmico (paracetamol o ibuprofeno) que te haya recetado el experto en pediatría. Nunca le des antibióticos sin consejo del médico.
- No le hagas friegas de alcohol, ya que existe riesgo de toxicidad si el bebé las inhala o las absorbe a través de la piel.
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