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Dermatitis atópica, tratamiento y cuidados

Dermatitis atópica, tratamiento y cuidados

En los últimos años, la dermatitis atópica ha triplicado su presencia en los países desarrollados. Esta enfermedad, muy común entre los lactantes, no suele desaparecer con la medicación hasta que el paciente llega a la edad adulta, pero con un tratamiento adecuado y siguiendo una serie de consejos, es posible prevenir la aparición de brotes y calmar sus síntomas

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Indice

 

¿Qué es y qué causa la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica (eccema) es una enfermedad común y recurrente de la piel que puede prolongarse durante mucho tiempo, y cuyos síntomas son picores, enrojecimiento e inflamación de la piel afectada. Muchos pacientes sufren los denominados periodos de brote agudo, en los que los síntomas se agravan aún más. Las lesiones cutáneas son casi constantemente pruriginosas, y el rascado continuo lleva a un círculo vicioso de picor-rascado-erupción-picor.

Puede aparecer desde los dos primeros meses de vida; de hecho, el 60% de los pacientes se inicia durante el primer año. Raras veces se presenta en la edad adulta, aunque de los niños que presentan este problema, un 25% pueden seguir afectado de mayores.

La denominada «dermatitis del lactante» -hasta 24 meses- se manifiesta sobre todo en mejillas, pliegues del codo, puños, dorso de las manos y mentón. Entre los 2 y 14 años se localiza en  los pliegues de flexión: cuello, axilas e ingles. Después se manifiesta fundamentalmente en la boca, párpados y dorso de las manos.

La verdadera causa de la dermatitis atópica tiene que ver con una predisposición genética, además de los factores ambientales. Cuando un niño presenta una dermatitis, es casi seguro que algún familiar la padece o padece bronquitis alérgica. También está asociada con otras alergias o con el asma.

Los cambios estacionales o ambientales pueden desencadenar la aparición de un nuevo brote o, en el caso en que el lactante lo esté padeciendo, agravarlo.
 

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Síntomas de la dermatitis atópica

- Piel seca

- Picazón o prurito, que puede ser grave, especialmente durante la noche

- Inflamación

- Exantema o manchas de color rojo a marrón grisáceo, especialmente en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, la parte superior del pecho, los párpados, la parte interna de los codos y las rodillas, y, en el caso de los bebés, el rostro y el cuero cabelludo

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- Pequeñas protuberancias que pueden supurar líquido y formar costras si se rascan 

- Piel engrosada, agrietada y escamosa

- Piel en carne viva, sensible e inflamada por el rascado
 

Cada año, más casos de dermatitis atópica en bebés

En los últimos años, la incidencia de la dermatitis se ha triplicado en los países industrializados, como se extrae del dossier científico elaborado por Pierre Fabre Dermocosmética. Los expertos en pediatría o medicina lo achacan a un exceso de higiene en la zona del pañal, y es que es tan mala la falta de higiene como el exceso, ya que éste último deja la piel desprotegida. Por eso, es fundamental seguir los consejos del pediatra y evitar las prácticas nocivas para el bebé, como los productos con componentes químicos poco adecuados para la sensibilidad de su piel.
 

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Tratamiento de la piel con dermatitis atópica

De momento no existe un medicamento que garantice la curación definitiva de esta enfermedad, que suele desaparecer sola con la edad, pero sí hay tratamientos para aliviar los brotes y picores, especialmente corticoides que suelen aplicarse en cremas. O medicamentos como los tacrolimús o pimecrolimús. En algunos casos hacen falta otros tratamientos como fototerapia, vendajes húmedos, etc.

Además, cuando a un lactante se le diagnostica dermatitis atópica se aconseja lo siguiente:

- La ropa tiene que ser de algodón suave. Evitar la ropa de fibra o áspera.

- Usar jabón neutro, tanto para el baño como para la higiene del lactante, y evitar el baño de espuma. Sólo utilizar el jabón en las zonas sucias, aclarándolas inmediatamente para evitar irritaciones.

- Secar sin frotar y con una toalla suave.

- El baño tiene que realizarse con agua tibia, es útil para aliviar el picor y eliminar costras, no debe durar más de diez minutos y es aconsejable añadir al agua aceite de baño.

- Es conveniente siempre la aplicación de crema hidratante a ser posible antes de que pasen tres minutos del acabado del baño.

- Después del baño, para disminuir la sequedad y retener la humedad, se debe aplicar crema hidratante a la piel normal y afectada, tras aplicar la pomada prescrita por el dermatólogo.

- Evitar el exceso de calor para que el lactante no sude, es decir, hay que vigilar el modo de vestir del lactante y la temperatura ambiental, tanto dentro como fuera de la casa.

- En invierno, cuando se utiliza la calefacción, sea de aire o radiadores, se tiene que humidificar el ambiente.

- Identificar los desencadenantes para evitarlos (alimentos, detergentes, jabones...).

- Evitar el estrés, ya que agrava los episodios.
 

 


Fuente:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Laboratorios Pierre Fabre.

Fecha de actualización: 27-04-2021

Redacción: Irene García

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