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Dermatitis atópica

Dermatitis atópica

Cada año hay más casos. En los últimos tiempos, la dermatitis atópica ha triplicado su presencia en los países desarrollados. Aunque las causas de este aumento no están muy claras, los expertos lo achacan a un exceso de higiene en la zona del pañal, lo que provoca un sistema inmunológico más débil. Puesto que no existe una cura definitiva, es necesario seguir una serie de consejos para calmar los picores del niño y evitar la aparición de brotes

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Indice

 

¿Qué es la dematitis atópica?

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica de la piel, producida como consecuencia de reacciones inflamatorias causadas por un sistema inmunológico débil, en las que están implicadas en muchos casos reacciones de hipersensibilidad a diferentes antígenos ambientales como alimentos, neumoalérgenos o proteínas bacterianas. Se presenta mayoritariamente en niños con predisposición genética o con antecedentes personales o familiares de asma, rinitis y alergia alimentaria.

También se la conoce como eccema infantil o exantema y es muy común en los países desarrollados: suele afectar a 1 de cada 8 bebés y habitualmente aparece a partir de los seis meses de edad. El primer signo de esta patología es, a menudo, una zona seca en la piel que tiene aspecto irritado y que produce picor.

Sus principales síntomas son picores, prurito intenso, enrojecimiento e inflamación de la piel afectada. Muchos pacientes sufren los denominados periodos de brote agudo, en los que los síntomas se agravan aún más. Las lesiones cutáneas son casi constantemente pruriginosas, y el rascado continuo lleva a un círculo vicioso de picor-rascado-erupción-picor. Aunque es muy difícil evitar que un niño se rasque, es necesario conseguir romper este círculo.

La denominada «dermatitis del lactante» -hasta los 24 meses- se manifiesta sobre todo en mejillas, pliegues del codo, puños, dorso de las manos y mentón. Entre los 2 y 14 años se localiza en  los pliegues de flexión: cuello, axilas e ingles. Después se manifiesta fundamentalmente en la boca, párpados y dorso de las manos.

En aproximadamente la mitad de los niños que han sufrido esta patología cuando eran bebés, el problema desaparece a los seis años. Puede manifestarse incluso hasta la adolescencia aunque, en la mayor parte de los casos, al llegar a esta edad ya ha desaparecido. Sin embargo, puede volver a aparecer más adelante, habitualmente sólo en las manos en épocas de estrés.

 

Cada año, más casos

En los últimos años, la incidencia de la dermatitis se ha triplicado en los países industrializados, mientras que en los países en vías de desarrollo la prevalencia es menor. Los expertos lo achacan a un exceso de higiene en la zona del pañal, y es que es tan mala la falta de higiene como el exceso, ya que este último deja la piel desprotegida.

Además, existen una serie de factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir esta enfermedad de la piel

- Sufrir alergia al polen, el moho, los ácaros del polvo o los animales

- Resfriados y aire seco en el invierno

- Contacto con materiales irritantes y químicos

- Contacto con materiales ásperos como la lana

- Piel reseca

- Estrés emocional

- Enfriarse o acalorarse demasiado, al igual que cambios súbitos de temperatura

- Perfumes o tintes agregados a las lociones o jabones para la piel

 

Tratamiento de la dermatitis atópica en bebés y niños

No tiene una cura definitiva, aunque en los últimos años han aparecido nuevos fármacos inmunomoduladores de uso tópico que han supuesto un gran avance en el tratamiento de la dermatitis atópica, pero a la vez han creado algunas controversias en dermatología y medicina sobre sus posibles efectos secundarios.

Además de las cremas y medicamentos de corticoides tópicos, existen otras opciones, como la fototerapia, que  consiste en la aplicación natural o artificial de rayos ultravioleta de banda estrecha, que tienen un efecto antiinflamatorio y mejoran por tanto las lesiones. Es un tratamiento sólo para niños con dermatitis atópica grave, mayores de 7 años, que no han respondido al procedimiento convencional. Las unidades hospitalarias de fototerapia son muy escasas, por tanto es un tratamiento de difícil aplicación.

También se pueden aplicar cremas o ungüentos que contengan alquitrán de hulla o antralina para las zonas engrosadas.

Por eso, los pediatras recomiendan tomar una serie de medidas que contribuyen a aliviar sus síntomas y a espaciar los brotes:

- El frío reseca la piel, por lo que en invierno los niños con dermatitis suelen empeorar. Por el contrario, mejoran durante el verano, sobre todo los que se bañan en el mar. Se recomienda, por tanto, ir en verano a zonas de playa.

La ropa tiene que ser de algodón suave; evita la ropa de fibra o áspera. Además, no debe llevar etiquetas ni costuras gruesas que rocen la piel, ya que algunas fibras de las etiquetas pueden contener irritantes que producen inflamación y aumento del prurito. La ropa debe lavarse con detergentes suaves, aclararse bien y no deben usarse suavizantes.

Usa jabón neutro, tanto para el baño como para la higiene del lactante, y evita el baño de espuma. Utiliza el jabón sólo en las zonas sucias, aclarándolas inmediatamente para evitar irritaciones.

- Seca sin frotar y con una toalla suave.

- El baño tiene que realizarse con agua tibia, es útil para aliviar el picor y eliminar costras, no debe durar más de diez minutos y es aconsejable añadir al agua aceite de baño.

- Después de bañarle, para disminuir la sequedad y retener la humedad, se debe aplicar crema hidratante a la piel normal y afectada, tras aplicar la pomada prescrita por el dermatólogo.

- Ponle manoplas de algodón a tu bebé para evitar que se rasque. Mantén sus uñas cortas y limpias.

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Evita el exceso de calor para que el lactante no sude, es decir, hay que vigilar su modo de vestir y la temperatura ambiental, tanto dentro como fuera de la casa.

-En invierno, cuando se utiliza la calefacción, sea de aire o de radiadores, se tiene que humidificar el ambiente.

- Evita que se acumule polvo en tu casa, sobre todo en la habitación del pequeño.

- Algunos alimentos ácidos (cítricos, tomate) pueden irritar la piel del atópico al ingerirlos o manipularlos.


¿Afectará la dermatitis a la vida del bebé?

La calidad de vida de los niños con dermatitis atópica y la de sus familias se ve alterada por la propia enfermedad, sobre todo cuando son muy pequeños y son incapaces de no rascarse. El picor puede llegar a ser tan intenso que puede alterar su sueño, su apetito, causarle irritabilidad, trastornos del comportamiento, deficiencia de atención e hiperactividad.

En la escuela, los niños pueden pasar vergüenza por el aspecto de su piel, que puede ocasionar rechazo o temor, además de tener dificultades de adaptación al ritmo escolar debido a la falta de concentración y a la irritabilidad que les ocasiona el intenso picor.

Su sueño también se ve alterado por las enormes molestias y el escozor. Asimismo, deberán tener cuidado con las actividades deportivas que realizan puesto que, por ejemplo, las piscinas climatizadas pueden aumentar la inflamación a causa de sus productos químicos. Para intentar remediar esto, debes aplicar sobre su piel un producto muy hidratante antes de que se sumerja y posteriormente bañarlo en agua con un aceite de baño. Y si tu hijo presenta un caso muy grave de DA, mejor olvídate de las piscinas.

Otro aspecto negativo es el constante cuidado que hay que llevar y el gasto económico que suponen los jabones especiales, las cremas y los fármacos.

La alimentación también debe ser controlada ya que el 50% de los niños con DA padecen alguna alergia alimentaria, por lo que deben llevar una dieta especial. 
 

 


Fuentes:

Boguniewicz M, Leung DYM. Atopic dermatitis. In: Adkinson NF Jr, Bochner BS, Burks AW, et al, eds. Middleton's Allergy: Principles and Practice. 8th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2014:chap 34.

Eichenfield LF, Boguniewicz M, Simpson EL, et al. Translating atopic dermatitis management guidelines into practice for primary care providers. Pediatrics. 2015;136(3):554-565. PMID: 26240216 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26240216.

Fecha de actualización: 29-04-2021

Redacción: Irene García

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