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¡Cuidado con la automedicación!

¡Cuidado con la automedicación!

10 consejos básicos para el correcto uso de medicamentos en niños y bebés

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Índice

 

Consejos al medicar a los niños

Debes ser muy cuidadosa cuando administres un medicamento a un bebé o a un niño; incluso los medicamentos de venta libre que compras sin receta médica en la farmacia deben ser tomados con precaución ya que pueden afectar a la salud del paciente.

1. Lee siempre la información sobre los ingredientes y las instrucciones de uso que aparecen en la etiqueta del medicamento.

2. Examina cuál es el ingrediente activo del medicamento para tu niño: ésa es la sustancia que hace que la medicina haga efecto, y está siempre indicada en la parte superior de la etiqueta con la información e instrucciones. En algunos casos, el mismo ingrediente activo puede aliviar más de un malestar. Es por eso que el mismo ingrediente puede encontrarse en muchas medicinas distintas utilizadas para el tratamiento de diferentes síntomas. Si tienes dudas en cuanto a las medicinas de tu hijo, consulta al médico o farmacéutico.

3. Dale a tu niño el medicamento correcto en la cantidad debida. No todos los medicamentos están indicados para un recién nacido o un niño. Las medicinas de la misma marca pueden venderse en muchos grados distintos de concentración, como es el caso en las fórmulas para recién nacidos, niños y adultos. Las dosis y las instrucciones también son diferentes para niños de distintas edades y peso. Usa siempre el medicamento correcto y sigue las instrucciones al pie de la letra.

4. Consulta a tu médico de atención primaria para que te indique qué medicamentos pueden interactuar con otros y cuáles no. Los medicamentos, las vitaminas, los suplementos, los alimentos y bebidas no siempre son compatibles entre sí.

6. Distingue entre una cuchara y cucharadita, ¡no las confundas! Una cucharada contiene tres veces más medicina que una cucharadita.

7. Conoce el peso de tu niño. Las instrucciones de algunos medicamentos se basan en el peso. Nunca trates de adivinar o estimar la cantidad de medicamento que debes darle a tu niño, ni trates de calcularla basándote en las dosis indicadas para adultos. Si la dosis que corresponde a la edad o al peso del niño no aparece indicada, llama a tu médico.

8. Para evitar una situación de emergencia por envenenamiento, usa siempre tapas que sean difíciles de abrir para los niños. Después de cada uso, vuelve a cerrar bien la tapa. Hay que tener especial cuidado con los productos que contengan hierro; éstos constituyen la principal causa de muertes por envenenamiento entre los niños pequeños.

9. Guarda todos los medicamentos en un lugar seguro. Muchas medicinas tienen buen sabor, vienen en colores atractivos y algunas son masticables. Pueden ser tentadoras para los más pequeños.

10. Examina bien los medicamentos abiertos. Lee la etiqueta del envase interior para verificar que sea la medicina correcta. Asegúrate de que la tapa o el envase no estén rotos. Observa el color, la forma, el tamaño y el olor del medicamento. Si detectas algo diferente o fuera de lo común, no lo consumas.
 

¿Por qué es mala la automedicación?

La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).

Los principales riesgos de la automedicación son:

- Diagnóstico incorrecto, ya que la enfermedad se puede “enmascarar” detrás de medicamento ingerido, lo que lleva al retraso en el diagnóstico y tratamiento.

- Efectos adversos o reacciones alérgicas al medicamento.

- Resistencia al medicamento o falta de efectividad, sobre todo en el caso de los antibióticos.

- Farmacodependencias, sobre todo con los inhibidores del sistema nervioso central.

- Intoxicación, lo cual se manifiesta a través de náuseas, vómitos, visión borrosa e insomnio.

- Interacciones con otros medicamentos o alimentos que la persona esté tomando.


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