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Bebés al agua: sin riesgos

Bebés al agua: sin riesgos

La falta de vigilancia de los niños causa cada año en España entre 70 y 150 ahogamientos en playas, piscinas, ríos y embalses y el 86% de éstos se producen en instalaciones privadas. El mayor riesgo de sufrir un accidente lo corren los niños entre 1 y 4 años, ya que cuanto más pequeños son, peor saben nadar y más fácil es perderlos de vista. Los accidentes no se pueden predecir, pero sí prevenir. 

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El ahogamiento de bebés y niños

Con la llegada del verano, son muchas las familias que deciden pasar las vacaciones o los fines de semana en sitios de playa, con piscina o río, ya que los niños se divierten y a la vez se refrescan. Sin embargo, hay que tener en cuenta el riesgo que corren los más pequeños en las zonas de baño. La Alianza Europea para la Seguridad Infantil, una iniciativa de la Asociación Europea para la Seguridad del Consumidor, ha creado un Plan de Acción para la seguridad infantil en la Unión Europea. En su informe, contempla los ahogamientos como la segunda causa de muerte infantil en la UE, tras los accidentes de tráfico y por encima de los homicidios y las caídas. Más del 70% de las víctimas son varones y los más vulnerables son niños de 1 a 4 años.

Los países europeos con mayor tasa de mortalidad infantil por ahogamiento son Estonia, Lituania y Letonia, con un índice de entre 6 y 9 muertos por cada 100.000 habitantes. España se encuentra en la mitad de la tabla de los 25 países de la UE, con un porcentaje de 0,91 muertos por 100.000 habitantes. En los primeros puestos -países con menor porcentaje de muertes- se encuentran Luxemburgo, Malta o Reino Unido.

La probabilidad de supervivencia de un niño que ha sufrido una inmersión estará determinada por lo que suceda en los 10 primeros minutos. La conciencia se pierde aproximadamente a los 2 minutos. El daño cerebral irreversible se produce después de 4 ó 6 minutos y su pronóstico depende del estado en que llega al servicio de urgencias. Los cuidados médicos intensivos parecen tener poca influencia en el pronóstico. Por lo tanto, la prevención es el arma principal que tenemos para reducir la mortalidad y los ingresos por ahogamiento.


¿Cómo prevenir los accidentes en el agua con bebés y niños?

La mayoría de accidentes se producen en las piscinas privadas, ya que al ser más pequeñas y de uso particular, no cuentan con socorristas. Los datos demuestran que el no tener valla que proteja de la caída de un niño al agua y la falta de vigilancia (quizá por estar cerca de la vivienda), son las causas principales de los ahogamientos infantiles.

Asimismo, se corre también el riesgo de accidentes en sitios donde se almacena el agua como tanques, bañeras, lavaderos, baldes, etc., siendo más grave el pronóstico cuando contienen productos químicos como jabones y desinfectantes.

Para aumentar la precaución en las zonas de baño, la Asociación para Defensa e Integración de Accidentados (DIA) publicó el año pasado un informe donde recogía los puntos esenciales a tener en cuenta:

• No dejes a los niños solos. Una piscina, un lago, una bañera, un balde, son lugares potencialmente peligrosos para un niño. Se ha demostrado que los accidentes suelen ocurrir mientras los niños juegan en las cercanías o dentro de las piscinas sin tener una vigilancia atenta por parte de un adulto. Hay que procurar que nunca queden fuera de nuestro campo visual mientras estén en el agua o cerca de ella.

• Evita los juegos peligrosos. Ahogamientos por pérdidas de conocimiento, lesiones cervicales y fracturas son las lesiones más frecuentes. Las consecuencias son graves, hasta un 6% (unos 50 casos) de las lesiones medulares que se producen todos los años en nuestro país se debe a zambullidas en piscinas, ríos o lagos. Educa a tus hijos para que no jueguen a lanzarse en cadena por el tobogán, a pillarse cerca del agua, a quién aguanta más sin respirar dentro de la piscina, a hundirse, etc.

• Ten vallada la piscina. Es la forma más segura de evitar accidentes cuando no haya un adulto presente. Se recomienda que sea alta, sin huecos y con un cierre de seguridad, para que los niños no consigan colarse en tu ausencia. Los datos de DIA demuestran que es muy baja la incidencia de accidentes en piscinas que han estado rodeadas por una valla con suficiente altura y con una puerta de imposible apertura por parte de un menor.

• Enseña a nadar a tus hijos cuanto antes. Si tu hijo nada estará a salvo de muchos riesgos. A la vez que le enseñas a nadar, muéstrale los riesgos y peligros que se pueden sufrir nadando. No tienen que tener miedo al agua, pero sí respeto. Muchos accidentes ocurren por el atrevimiento de los más pequeños.

• Baños cortos. Los niños menores de 1 año se enfrían rápidamente, por lo que no deben estar en el agua más de 10 minutos, y si la temperatura ambiente no es muy alta, mejor que no se bañen.

• Corte de digestión. Los efectos de una mala digestión, si se está dentro del agua, pueden hacer que perdamos el control y no seamos capaces de nadar, sobre todo los niños. La exposición prolongada al sol antes del baño, no respetar los periodos de digestión, una inmersión brusca sin adaptación previa a la temperatura del agua o el esfuerzo físico intenso pueden provocar un corte de digestión. Si nota escalofríos intensos, náuseas, alteraciones en la visión o zumbidos de oídos, así como enrojecimiento intenso de la piel, sácale del agua inmediatamente y abrígale bien. Enseña a tu hijo qué no debe hacer antes de bañarse y reitérale la importancia de que salga del agua en cuanto se encuentre mal, sea por el motivo que sea.

• Respeta las banderas y consejos de los socorristas. Recuerda que la roja prohíbe entrar en el agua, y que la amarilla indica precaución.

• Adopta precauciones en el uso de flotadores y colchonetas. Al comprar estos artículos para el agua, asegúrate de que cumplen unas condiciones mínimas de seguridad, que están homologados por la UE y que están correctamente inflados cuando se usen. Además, no confíes en que el niño lo lleva y te olvides de vigilarlo, pueden desinflarse o darse la vuelta.

• No te zambullas en lugares en los que desconoces la profundidad. En las piscinas es necesaria la precaución al lanzarse de cabeza o hacia atrás desde un trampolín o desde el bordillo para evitar lesiones en la espalda y cervicales. Adviérteles a los niños que no se tiren de cabeza en las zonas bajas de la piscina.

La forma de prevenir accidentes en los que alguna parte del cuerpo pueda quedar atrapada en la piscina, es hacerla inspeccionar por un profesional especializado en la materia, que examine el sistema de válvula de succión y las tapas de la piscina para asegurarse de que sean adecuadas y de que estén bien instaladas.
 

Aumento desmesurado de las piscinas

El aumento del número de piscinas, sobre todo privadas, y el incremento de prácticas acuáticas ha incrementado notablemente el índice de accidentes que se registran cada año.

En España, existen más de 580.000 piscinas, situándola en segundo lugar en el ranking europeo, encabezado por Francia. El 86% están destinadas a uso privado y familiar, el 14% restante son de uso colectivo-recreativo (públicas y privadas), según datos de la Asociación de Fabricantes de Equipos, Productos Químicos y Constructores de Piscinas. Por su parte, Andalucía, Baleares, Canarias y Cataluña son las autonomías con mayor cantidad de piscinas de este tipo.
 

 

 


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Predecir la altura de un niño depende tanto de la herencia genética de los padres como del entorno en el que se cría. En este sentido, un entorno donde prime una alimentación sana y equilibrada y la práctica de deporte siempre impactará positivamente en el desarrollo del niño.

Fuente:

Campaña 2006 de prevención de accidentes infantiles en zonas acuáticas de la Asociación para Defensa e Integración de Accidentados (DIA).

Plan de Acción para la seguridad infantil en la UE de la Alianza Europea para la Seguridad Infantil.

Fecha de actualización: 18-05-2020

Redacción: Irene García

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