Aerotitus: Evitar el dolor de oídos en el avión
Se acerca el momento de hacer las maletas, alejarse de la rutina y las obligaciones laborales, y disfrutar de las vacaciones. Sin embargo, no siempre lo conseguimos y en ocasiones las preocupaciones acaban acompañándonos, sobre todo cuando se trata de viajar en avión. Además de los miedos que éste despierta a algunos, los repentinos cambios de presión en el aire dentro de la cabina provocan molestos dolores de oído, un malestar muy común y con nombre propio: el aerotitus.
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¿Cómo afecta esta dolencia?
Los datos de un estudio realizado por los especialistas en el cuidado de la audición Oi2, revelan que el 60% de los españoles ha notado molestias en los oídos al subirse a un avión y, a pesar de que éste ha desaparecido por sí solo en la mayoría de los casos (54%), lo cierto es que el 6% de la población española se ha visto obligado a acudir al médico o especialista al no cesar el dolor.
El aerotitus es un trastorno que afecta sobre todo a niños y ancianos y ocurre debido a las dificultades de la trompa de Eustaquio para adaptarse a las altas y rápidas diferencias de presión, que se producen tanto en el ascenso como en el descenso del avión. Las intensas molestias en el oído explican por qué mucha gente prefiere evitar el avión, y es que, según el estudio, el 14% de los españoles se plantea un medio alternativo al aeroplano para evitar sufrir este tipo de trastorno.
Además, el verano es una época en la que se suelen padecer más dolencias en los oídos acrecentando así las probabilidades de sufrir aerotitus. De hecho, males como la otitis o los taponamientos son una de las tres dolencias más habituales en los meses estivales.
Cuando viajamos con un bebé conviene tomar algunas medidas para procurar atenuar las molestias en los oídos producidas por la bajada de presión. Los bebés son más susceptibles a estas variaciones y además no pueden colaborar. Lo más probable es que llore desesperado en el momento del despegue o antes de aterrizar.
¿Qué hacer para combatir el aerotitus?
En este sentido, si se decide viajar en avión y con el objetivo de que el aerotitus no arruine las vacaciones, Oi2 recomienda realizar fáciles acciones como tragar saliva o agua durante el vuelo, no impedir el bostezo o incluso provocarlo abriendo la boca, así como mascar chicle para que se abran las trompas de Eustaquio impidiendo el taponamiento.
Igualmente, en caso de que no desaparezca la molestia, debe consultarse la opinión de un especialista. Del mismo modo es importante recordar que deben realizarse revisiones auditivas al menos una vez al año.
En el caso de que volemos con un bebé, debemos asegurarnos de tener siempre a mano un biberón o botella con agua y darle de beber con frecuencia, especialmente durante el despegue y el descenso, además de evitar la deshidratación, con ello se controlará la presurización de los oídos. Asimismo conviene ponerle el chupete o darle de mamar, para que la succión atenúe sus efectos.
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La medidas del biberón para un bebé debe ser definida por el propio bebé tal y como se hace con la lactancia materna, que es a demanda. De esta manera, el bebé se regula en función de las necesidades de cada momento.
Fuente:
Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.
Fecha de actualización: 14-05-2021
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