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¿Por qué los bebés fruncen el ceño?

¿Por qué los bebés fruncen el ceño?

Fruncir el ceño es un tipo de expresión facial que usamos para expresar disgusto, asco, confusión, tristeza, enojo… emociones con las que ya cuentan los bebés quienes, además, se comunican solo a través de sus gestos hasta que son capaces de hablar.

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La comunicación no verbal en bebés

Los seres humanos tenemos la capacidad de comunicarnos con los demás desde que nacemos. Incluso las nuevas ecografías en 4D y 5D, que proporcionan una mayor precisión, nos han permitido comprobar que los fetos ya fruncen el ceño dentro del útero. Pero ¿por qué lo hacen? Probablemente por lo mismo que los adultos, para expresar que algo les da asco, les disgusta o los enfada.

Y es que el ceño fruncido es una de las expresiones más habituales que usamos los humanos que, normalmente, va acompañada de otros gestos faciales que ayudan a interpretar lo que significa ya que puede implicar disgusto, asco, desagrado, enojo, confusión, frustración… en definitiva, emociones más bien negativas.

Por eso, si ves que tu bebé frunce el ceño deberás observar qué es lo que está haciendo para saber por qué pone esa cara. Puede que no le guste la comida que le estás ofreciendo (verás cómo usa mucho esta expresión cuando empieza con la alimentación complementaria), que esté disgustado porque le has quitado un juguete o que no le guste la gente con la que estáis. Seguro que si te fijas en lo que estás haciendo descubre rápidamente por qué está frunciendo el ceño.

Es importante que aprendas a distinguir las expresiones faciales de tu bebé desde el momento que nace ya que el lenguaje requiere de un aprendizaje muy prolongado, por lo que tu hijo no podrá usarlo hasta los 12 meses, y para expresarse correctamente, hasta los 2 o los 3 años. Por lo tanto, hasta que lo consiga, usará una serie de gestos y sonidos para comunicarse con nosotros y hacernos saber cómo se siente o qué le ocurre.

Y es que, aunque los bebés no nacen con un repertorio emocional completo, sino que lo van desarrollando a medida que experimentan diversas situaciones, sí que pueden expresar desde que nacen el dolor físico. Gradualmente, van desarrollando toda la gama de emociones, empezando por las básicas. Así, en los primeros tres meses los procesos madurativos y de aprendizaje ya permiten la aparición de las emociones primarias: sorpresa o interés, alegría, asco, tristeza, ira y miedo. Por lo tanto, a partir de ese momento tu bebé podrá empezar a fruncir el ceño como una forma de hacerte saber que algo le da asco, por ejemplo.

 

¿Cómo distinguir sus expresiones?

La expresión facial produce signos de cuatro tipos: signos faciales estáticos (la apariencia); signos faciales lentos (los cambios que se producen con el paso de los años); signos artificiales (lentes oculares o los cosméticos); y signos rápidos (los cambios físicos en la actividad neuromuscular y que pueden llevar a cambios visibles en la acción facial). Estos últimos son los que nos permiten distinguir las emociones.

Además, hay que tener en cuenta que los principales cambios que se producen en la cara para expresar diversas emociones se dan en los ojos, las cejas, la nariz, las mejillas, la boca, los labios y la barbilla.

Por ejemplo, a la hora de expresar asco el bebé eleva las mejillas, reduce la abertura palpebral (de los párpados), frunce el ceño y eleva la barbilla. Mientras que al expresar sorpresa eleva la parte inferior de las cejas y el párpado superior, deja caer la mandíbula y abre la boca.

Al principio es posible que te cueste entender las expresiones faciales de tu bebé y que no sepas bien qué te quiere decir, pero a fuerza de observarle y pasar tiempo con él, seguro que pronto eres capaz de conocerlo “como si le hubieras parido”.


Fuente: Fuente: Guía de la expresión del bebé, elaborada por D. Enrique García-Fernández, el Dr. Francisco Martínez Sánchez y el Dr. Mariano Chóliz en colaboración con el Instituto del Bebé Nuk.

Fecha de actualización: 05-04-2021

Redacción: Irene García

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