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¿Cómo se riñe a un bebé?

¿Cómo se riñe a un bebé?

Cuando un bebé es recién nacido no se le debe reñir jamás porque además de que no lo entiende está desarrollándose a pasos agigantados cada día y lo que hay que hacer es disfrutar de su presencia y de todo el amor que nos ofrece con su simple mirada.

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Los bebés también necesitan límites

Cuando un bebé empieza a crecer y a interactuar con el entorno llegará un momento en el que se deberán marcar algunos límites para que entienda que no todo es válido y que no siempre se puede salir con la suya, pero siempre con el cariño como base y respetando no sólo su ser sino también que es un bebé que está explorando su entorno y que está aprendiendo cada día cosas nuevas.

El bebé necesita al adulto para el aprendizaje, para imitarle como su modelo ejemplar, para saber qué debe y qué no debe hacer, pero sobre todo para protegerse a sí mismo de peligros y de comportamientos inadecuados. 

 

¿Cómo se riñe a un bebé?

Para reñir a un bebé que empieza a interactuar con el entorno hay que tener claro que no se le debe reñir cuando nos ponemos nerviosos o para calmar nuestra frustración interior, si se riñe a un bebé es para evitar que se haga daño o para protegerle. Pero el hecho de reñirle porque está explorando su entorno no es constructivo y además le puede dañar su curiosidad innata por aprender y por querer explorar todo.

Además jamás hay que regañar a un bebé (ni a un niño ni a nadie) con insultos, gritos o cualquier tipo de violencia física o verbal porque además de que es un comportamiento inadmisible provocará a la larga que la autoestima del niño se vea gravemente dañada.

Por eso cuando se riñe a un bebé (y a cualquiera) hay que hacerlo desde el respeto y sin hacer ningún tipo de daño ni físico ni mental. Recuerda que a un bebé no se le debe crear miedo para que no haga una acción sino que aprenda que eso no está bien y rectifique él naciéndole desde dentro. Por lo que cuando se riñe a un bebé se debe hacer hablando de forma calmada, pausada y suave, aunque sea muy pequeño hay que explicarle qué ha hecho mal y marcar el límite con un rotundo “no” o “eso no” o “eso no es para jugar”, etc. para que entienda que no apruebas ese comportamiento.

Según la edad del pequeño habrá que fomentarle la reflexión para que entienda que no debe repetirse. Además para evitar que un niño se comporte inadecuadamente es necesario que desde que son muy pequeños existan en casa unas rutinas muy establecidas para que se sientan seguros y esperen qué es lo que ocurre en cada momento.

Es importante elegir el momento justo, ya que se debe reñir al bebé al momento de su mal comportamiento, no tiene sentido regañarle tiempo después, ya que no relacionará la regañina con la mala acción. Para los niños el tiempo es más amplio que para nosotros. 

Evita el chantaje emocional, no debes decirle nunca que si se porta mal es porque no te quiere o que te hace sentir triste. 

Las comparaciones son odiosas, así que nunca compares a un niño con su hermano o su primo. 

Evita infundir miedo en tu hijo al regañarle o mentirle diciéndole que si hace algo, pasará otra cosa mala sin ser verdad. 

Escúchale, puede que sus explicaciones te hagan comprender por qué ha actuado así y puedas ayudarle mejor que simplemente regañándole. Recuerda descalificar siempre la acción, nunca a tu hijo. Y evita las etiquetas.

Sé siempre coherente y pon las normas de acuerdo con tu pareja. No puede ser que cada uno regañe por unos motivos. 

Pero eso sí, te invito a que dejes explorar a tu hijo su entorno vigilándole siempre de cerca y procurándole cierta libertad pero siempre con el cuidado de que no haga daño de ningún tipo.


Fuente:

Domènech, Montse (2015), Edúcame bien, Ed. Plaza & Janés.

Fecha de actualización: 30-03-2021

Redacción: María José Roldán

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