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¿Cuándo un bebé gatea hacia atrás?

¿Cuándo un bebé gatea hacia atrás?

Hacia los 8-9 meses los bebés comienzan a gatear, pero esta acción no se realiza siempre igual, de hecho, muchos bebés comienzan arrastrando el culete o gateando hacia atrás porque no controlan bien sus músculos. Normalmente, es una fase normal hasta que aprenden a gatear hacia delante.

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Índice

 

Gatear hacia atrás es normal

Gatear forma parte del desarrollo psicomotriz de un bebé, el primer movimiento autónomo que le permite desplazarse por donde quiera sin depender de nadie. Pero, para llegar a gatear, primero tiene que adquirir fuerza en los músculos del tronco y los brazos, por eso, antes, tiene que ser capaz de sentarse, hito que se consigue con unos 6 meses.

Y un par de meses después, más o menos, consigue empezar a desplazarse por el suelo sin la ayuda de sus padres, aunque al principio no lo hará a cuatro patas y con gran destreza, sino que sus movimientos serán un poco torpes y es posible que se desplace sentado, doblando las piernas para arrastrar las nalgas; o que se desplace sobre su tripa, con la ayuda de piernas y manos; o incluso que, al intentar ir hacia delante, gatee hacia detrás. Por lo tanto, gatear hacia detrás suele ser una fase inicial del gateo que muchos bebés hacen al principio de sus desplazamientos, aunque no es obligatorio pasar por esta fase.

A medida que progrese su desarrollo y adquiera más fuerza, irá mejorando su técnica de gateo y pronto descubrirá que avanza mucho más rápido si se pone a cuatro patas y se empuja con los brazos y las rodillas. Y enseguida gateará a toda velocidad por toda la casa y no podrás perderle de vista ni un segundo.

Por lo tanto, muchos bebés gatean hacia atrás al principio, por lo que no debe preocuparte ni hacerte pensar que le pasa algo malo en su desarrollo. Es solo una fase por la que pasan hasta que adquieren fuerza suficiente en sus piernas, ya que, al arrastrarse solo con los brazos, es normal que no tengan la fuerza suficiente para ir hacia delante y se desplacen hacia detrás aunque quieran ir hacia delante. Pero en cuanto adquiera más fuerza y destreza, dejará de hacerlo y empezará a gatear normal. No le presiones y recuerda que cada bebé tiene su ritmo.

Así que no te preocupes por cómo gatea, lo importante es que aprenda a desplazarse solo, ya que eso le ayudará a incrementar su autonomía y su motricidad y a empezar a andar unos meses después.

 

¿Y si el bebé no gatea?

Seguro que has oído que gatear es muy bueno para el desarrollo de un niño. Y es cierto, ya que gatear favorece su desarrollo motriz, la expresión de sus emociones, las conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, el sistema vestibular y propioceptivo, la convergencia visual, la oposición cortical (es decir, el cerebro aprende que el dedo gordo de la mano se opone a los otros cuatro), la adaptación al medio o a establecer la lateralización. Sin embargo, eso no significa que, si tu hijo no gatea, vaya a tener problemas en alguno de estos ámbitos. Muchos bebés ignoran la fase de gateo y tienen un desarrollo normal, pero es cierto que gatear favorece todas estas áreas, por eso debes intentar que tu bebé gatee, aunque siempre sin forzarle.

Para ello, lo primero que debes hacer es ofrecerle espacios abiertos y darle la libertad necesaria para que pueda desarrollarse y aprender a gatear. Si está todo el día encerrado en su hamaca, su trona, su cuna, su parque o su silla de paseo, difícilmente podrá gatear, por lo que debes dejarle, siempre que sea posible y estés cerca para vigilarle, en una superficie acolchada y segura, pero a la vez firme, para que pueda practicar por su cuenta.

Asimismo, puedes seguir estos consejos y ejercicios sencillos para estimular su gateo:

1- Coloca juguetes u objetos llamativos delante de él para que intente desplazarse a cogerlos. Deben estar cerca para que capten su atención, pero no tanto como para que los coja solo con alargar la mano.

2- Si ya se tiene sentado, lo mejor es que juegue sobre una alfombra de juegos rodeados de juguetes, evita las superficies cerradas que limiten sus movimientos. Eso sí, siempre sin forzarle. Si está cansado y quiere dormir o tumbarse, permíteselo.

3- Coloca obstáculos a su paso, como almohadas o cojines, para que aprenda a resolver retos y busque soluciones para sortearlos o pasar por encima. Así estimulas su desarrollo motriz y cerebral.

4- No le dejes nunca solo, ya que en cualquier momento puede desplazarse más rápido de lo que pensabas y llegar a sitios peligrosos como enchufes, la cocina, etc. Permítele explorar a su aire, pero siempre evitando posibles peligros.

5- Es mejor que gatee sin zapatos, ya que estos le impiden conocer la superficie del sueño, lo cual le ayuda a desplazarse mejor.

6- Para que entienda mejor lo que esperas de él, puedes ponerte a cuatro patas y gatear tú por el suelo de casa para que vea cómo se hace.


Fuente: Escuela Internacional de Psicomotricidad, www.psicomotricidad.com

Fecha de actualización: 05-04-2021

Redacción: Irene García

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