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Lactancia y vuelta al trabajo

Lactancia y vuelta al trabajo

La Organización Mundial de la Salud, entre otros, aconseja que los bebés sean alimentados con leche materna exclusivamente hasta los 6 meses. Una recomendación que parece entrar el conflicto con el modo de vida actual, en el que la mayoría de las mujeres trabaja fuera de casa y más si tenemos en cuenta que en nuestro país el permiso de maternidad no se extiende más allá de las 16 semanas. ¿Cómo es posible, entonces, compatibilizar la vida laboral con la lactancia exclusiva?

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Indice

 

En primer lugar hay que saber que sí, sí que se puede. No hay por qué recurrir a las leches artificiales una vez se ha terminado la baja de maternidad. Lógicamente lo ideal sería disponer de todo el tiempo del día para estar con el recién nacido y procurarle el pecho a demanda, pero si tienes que volver a trabajar y no quieres interrumpir la lactancia materna, presta atención a las diferentes opciones que te proponemos. Con un poco de organización e información es posible.
 

Opciones para compaginar lactancia y trabajo

1. Utilizando el derecho a la lactancia. La legislación laboral en España establece un permiso de lactancia consistente en una hora de ausencia del trabajo, que se podrá dividir, a elección de la trabajadora, en dos fracciones de media hora cada una al principio o al final del día. La duración del permiso se podrá disfrutar hasta que el bebé cumpla los 9 meses. Desde luego no es la solución perfecta,  pero puedes emplear este tiempo del día para amamantar a tu bebé.

2. Juntando el permiso de lactancia. Aunque no está contemplado en la ley, se pueden acumular las horas del permiso de lactancia en jornadas laborales completas, siempre que haya sido previsto en el convenio colectivo o se haya acordado previamente con la empresa. Pregunta en tu trabajo si es posible esta opción (u otras). Lograrás ampliar tu baja de maternidad en casi un mes más, lo que te facilitará enormemente la lactancia exclusiva. Aunque eso sí, a tu vuelta ya no podrás disfrutar de la reducción de jornada.

3. Extrayéndote la leche. Tal vez la mejor forma de asegurar que el niño recibe leche materna durante tu ausencia sea extrayéndotela. Así, quien se encargue de su cuidado podrá ofrecérsela cuando no estés.

¿Cómo? Manualmente o utilizando un sacaleches eléctrico o manual. No es obligatorio disponer de un extractor pero sí facilitará el trabajo, especialmente si no tienes experiencia. En cualquiera de las formas serán precisos envases para conservar la leche, que habrán de ser estériles y adecuados para alimentación. Cuando los hayas llenado no olvides identificarlos con la fecha de extracción y la cantidad. Después puedes conservarlos en la nevera o en el congelador.

Tiempos de conservación:

- A temperatura ambiente: De 6 a 10 horas.

- En la nevera: Hasta 5 días.

- En un congelador (separado de la nevera) a una temperatura constante de -18 ºC: 4-6 meses.

- Descongelada: Puede refrigerarse para usarse posteriormente dentro de las 24 horas siguientes, pero nunca volver a congelarse.

El día antes de ofrecérsela al pequeño asegúrate de sacar la cantidad necesaria y dejarla en la nevera para que se descongele poco a poco. Si necesitas leche urgentemente, hierve agua en un cazo y retíralo del fuego, mete el envase de leche congelada y espera a que se descongele. También puedes ponerlo bajo el chorro caliente del grifo, aunque esto supone un gasto mayor de agua. Intenta evita el microondas porque no calienta por igual. Si lo haces, remueve bien la leche y asegúrate de que no queme antes de dársela al bebé.

¿Cuándo?

Una vez que tengas práctica no necesitarás más de 10 minutos para extraerte entre 60 y 120 ml. Puedes hacerlo durante tu jornada laboral, pero para ello tendrás que disponer de una nevera donde conservar la leche una vez la hayas extraído, y una neverita portátil o bolsa refrigerada con bloques de hielo para transportarla hasta casa sin que pierda sus propiedades.

También puedes hacerlo en casa, después de la toma del bebé.

¿Cuánto?

Es difícil, por no decir imposible, saber con exactitud la cantidad de leche que tomará un bebé en cada toma. La lactancia materna no tiene horarios ni sabe de cantidades, el bebé será quien decida lo que quiere tomar en cada momento. Por ello es preferible almacenar la leche en pequeñas cantidades, de modo que a la hora de darle el biberón vayas observando cuánto toma. Siempre será mejor quedarse corto y sacar otra “dosis” que pasarse y tirar la leche que sobra.

También puedes juntar toda la leche extraída en un mismo día, y después dividirla y guardarla en pequeñas dosis debidamente identificadas.  

No obstante, en pocos días conoceréis al bebé y sabréis aproximadamente cuánta leche toma cada vez. Aunque, insistimos, las cantidades pueden variar sin que esto suponga un motivo de preocupación.

4. Con alimentación complementaria. A partir de los 6 meses se recomienda empezar a introducir alimentos distintos a la leche, como cereales, fruta, verduras, carnes, para adecuar poco a poco su menú al de los adultos. Si crees que va a ser imposible darle leche materna cuando faltes, algunos pediatras sugieren adelantar la alimentación complementaria a los 4 o 5 meses (también se hace en los casos de alimentación artificial). Y a tu retorno darle solo leche materna.

5. Pidiendo una excedencia. Puedes estudiar la posibilidad de pedir una excedencia de un año, con lo que podrías prolongar la lactancia a demanda un tiempo considerable. Sin duda sería lo más cómodo, aunque no siempre es posible prescindir de un sueldo durante tanto tiempo.

6. Solicitando una reducción de jornada. Es una medida intermedia entre la excedencia y la jornada completa. Evidentemente también implicaría una reducción de salario. Pero muchas madres aseguran que merece la pena.

7. Acercando al niño al trabajo. Si dispones de tiempo, por ejemplo a la hora de comer o  en algún descanso, el tipo de trabajo lo permite y la distancia de tu casa a la oficina no es mucha, puedes pedir que alguien te acerque al niño o bien desplazarte tú para darle de mamar.

8. Combinando varias opciones. Conociendo todas las alternativas puedes escoger la que más se adecúe a tu modo de vida o bien combinar varias o todas según lo que te venga bien en cada momento. Lo importante es saber que hay recursos para continuar con las recomendaciones en lo relativo a la lactancia.

 

Sugerencias que facilitan la conciliación de trabajo y lactancia

- No es necesario que empieces a “ensayar” antes de la fecha de vuelta al trabajo dándole biberones al bebé. Continúa ofreciéndole el pecho hasta el último día. Lo que sí es aconsejable es que pruebes antes a extraerte la leche, ya sea manualmente o mediante un sacaleches. La técnica requiere de cierta destreza, que se adquiere practicando. Si lo haces el día antes a tu reincorporación laboral, solo conseguirás agobiarte y ponerte nerviosa, lo que es totalmente perjudicial para hacerlo correctamente. También conviene que el cuidador o quien vaya a encargarse de darle de comer esté familiarizado con la forma de dar la leche materna, ya sea con biberón, cuchara, vasito…

-  Aprovecha los momentos en los que estés tranquila y el ambiente sea relajado para sacarte leche.

-  Darte masajes en el pecho y aplicarte calor con compresas calientes pueden facilitar la extracción.

-  Es normal que durante los primeros días en el trabajo tengas subidas de leche, lo que puede resultar un poco molesto (hinchazón, pérdidas de leche…). Ponte discos absorbentes o empapadores para evitar inoportunos escapes.  En unos días la producción se regularizará adaptándose a tu horario laboral.

-  Ofrécele el pecho justo antes de irte a trabajar e inmediatamente a tu vuelta. Aunque depende de la edad, hay niños que no necesitan comer más durante esas ocho horas que no estás.  No te preocupes si descubres que tu pequeño no come nada en tu ausencia. Muchos bebés se niegan a comer de biberón o cuando no está su mamá, y cuando ésta vuelve recuperan el tiempo sin parar de mamar. Si te sucede, presta atención a su peso. Si engorda y crece no hay por qué alarmarse.

-  Aprovecha el tiempo que estés junto al bebé para darle el pecho. Los fines de semana y las vacaciones son momentos excelentes para que "recupere" la semana sin ti.

-  Ante todo trata de relajarte y tomártelo con calma. Agobiarse solo complicará las cosas, pues el estrés puede afectar a la producción de leche y por supuesto a la extracción. Con un poco de organización y práctica en unos días conseguirás habituarte a la nueva situación.

-  Si tienes problemas con la lactancia materna, con la extracción o la forma de compaginarla con tu vida laboral, pero no quieres renunciar a ella, no dejes de buscar ayuda e información en grupos de apoyo o asesores de lactancia.


Fecha de actualización: 10-06-2020

Redacción: Irene García

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