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Dolor de pezones al amamantar

Dolor de pezones al amamantar

Dar el pecho al bebé es la forma natural de alimentarle, por esa razón amamantarle no debería doler. Si la lactancia materna provoca dolor en el pecho o en los pezones significa que algo no se está haciendo bien o que existe algún problema.

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Indice

 

¿Por qué se puede sentir dolor al amamantar?

En la mayor parte de los casos, el dolor en el pezón está relacionado con una mala técnica al dar de mamar. Cuando el niño no se engancha bien al pecho, succiona mal y lesiona el pezón. Lo que irremediablemente causa grietas y/o dolor.

Si te duele el pezón al amamantar, retira al bebé del pecho, metiendo el dedo en su boquita para abrir la ventosa. Rectifica la posición y vuelve a intentarlo, hasta que lo puedas hacer sin ningún tipo de sufrimiento. Para hacerlo adecuadamente acerca el pezón a la nariz del pequeño, cuando abra la boca introduce una buena parte del pecho en su boca, de manera que no agarre solo el pezón, se quede parte de este fuera o no haya sitio para la lengua. Al principio es recomendable que el cuerpo del recién nacido esté recto y pegado al de la madre (después, una vez que domine la técnica será capaz de mamar bien en cualquier postura), con la cabeza de frente en línea con el cuello o ligeramente inclinada hacia atrás, de forma que le resulte fácil tragar.

Además aquí tienes algunas señales o razones que indican que no está mamando correctamente. Descártalas:

- La boca del pequeño no esté suficiente abierta

- Está demasiado separado del pecho

- Solo está agarrando el pezón y no la areola entera

- Las mejillas del bebé se hunden al succionar, lo que indica que succiona mal

- Mama durante mucho tiempo pero parece que se queda con hambre, no está extrayendo leche

- El niño tiene el frenillo de la lengua corto, lo que le impide mover la lengua eficazmente para mamar.

 

Consejos para evitar el dolor de pezones al dar el pecho

No creas a aquellos que opinan que dar el pecho es un sacrificio o que tiene que doler inevitablemente. No es cierto. Lactar puede molestar o resultar algo incómodo los primeros días, especialmente en aquellas mujeres que nunca lo han hecho. Pero transcurridos no más de 2 o 3 días la lactancia debería haberse instaurado plenamente y el dolor haber cesado. Si no es así comprueba que lo estás haciendo correctamente.

Pon remedio ante el primer signo de dolor. Las grietas se curarán solas pero tardarán en hacerlo si el niño sigue incidiendo en la herida con las encías, por lo que es preferible evitarlas y buscar una solución cuando notes dolor por primera vez.

Ninguna crema o pomada aliviará las molestias ni curará las grietas si el bebé sigue mamando mal.

Asegura, además, un buen sostén, utilizando sujetadores específicos para la lactancia, de la talla idónea, que no aprieten, y confeccionados con tejidos suaves y transpirables.

No es necesario lavar con agua y jabón los pezones antes de ofrecer el pecho al bebé, ni aplicar ningún tratamiento cosmético (cremas, pomadas, geles…).Tampoco preparar los pezones o el pecho durante el embarazo para dar de mamar. Estos están totalmente capacitados para cumplir su función desde el momento del parto. Lo que debe hacerse es aprender a dar bien el pecho.

El uso de pezoneras de silicona para evitar grietas o dolores es contraproducente. La forma que tienen, diferente al pezón, impide que el bebé aprenda a mamar bien, lo que produce más grietas. La función de las pezoneras debe ser la de proteger el pezón mientras exista alguna herida, pero una vez se haya curado deberían dejar de usarse para que el pequeño no se acostumbre a mamar con ellas. Del mismo modo, si no se siente alivio con una pezonera o produce más dolor por el roce del pezón con la silicona, no tienen sentido seguir utilizándola.

Ya en la Maternidad es aconsejable preguntar a la matrona cómo dar el pecho. Desgraciadamente en nuestra sociedad no es habitual ver a otras mujeres amamantado, por lo tanto es prácticamente imposible aprender por imitación. Si tienes dudas o no consigues hacerlo bien, infórmate o pide ayuda en un grupo de lactancia donde te asesorarán y solucionarán cualquier problema relacionado con la lactancia. En esta web puedes encontrar los grupos más cercanos a tu domicilio: Fedalma.

Si, a pesar de haber tomado las medidas adecuadas para evitar o sanar las grietas, esto es, se ha asegurado una correcta posición, las grietas no mejoran y el dolor no desaparece, incluso cuando el niño no mama, posiblemente el problema se deba a una infección u otras complicaciones: comprensión mamaria, mastitis, ingurgitación, obstrucción de conducto, etc. Consulta al ginecólogo o la matrona si el dolor persiste.
 

¿Puedo seguir amamantando si me sangran los pezones?

Cuando se empieza a amamantar se producen cambios en la piel y esto puede hacer que los pezones te duelan o se agrieten (llegando a sangrar). A medida que el suministro de leche se equilibra, es normal que sientas que tienes los pechos hinchados ya hacer que al bebé sea más difícil agarrarse (esto incrementa el dolor en los pezones).

Cuando se cure el agrietamiento y el sangrado, no te alarmes si el bebé escupe leche en pequeñas cantidades o encuentras pequeños de rastros de sangre en sus heces. Esto seguramente sea debido a que ha tragado sangre, pero no te preocupes no es perjudicial para el bebé.

Mientras tanto, para aliviar el dolor y el sangrado, extráete la leche a mano o con un extractor antes de amamantar para intentar reducir la hinchazón y que pueda sujetarse mejor. Alterna la posición en la que amamantas hasta que se curen los pechos. Empieza a amamantar con el pecho menos dañado y limita el tiempo. Debe seguir mamando con frecuencia (entre 8 y 12 veces cada 24 horas) para evitar que el bebé succione con fuerza por el ansia.

Llama al profesional de la salud o consultor de la lactancia si las grietas no se curan y siguen sangrando. El momento de amamantar debería ser placentero tanto para ti como para tu bebé.


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