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Protege los ojos de tu bebé del sol

Protege los ojos de tu bebé del sol

El uso de las gafas de sol es recomendable durante todo el año, aunque es en verano cuando resulta imprescindible debido a que son mayores las radiaciones ultravioletas. Además, las patologías oculares aumentan un 20% en esta época del año, ya que la luminosidad y la exposición al sol son mayores y constituyen los principales factores que pueden dañar los ojos.

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Indice

 

Peligros del Sol para los ojos

Lo cierto es que en general, somos conscientes de los efectos negativos que la radiación ultravioleta ejerce sobre la salud, si bien, según concluye el Estudio sobre la Salud Visual de los Europeos en 2010 (Transitions Optical), muy pocos conocen su impacto nocivo en los ojos. Así un 87% de la población no es consciente de que una sobre exposición a la radiación UV puede provocar daños en la vista o incluso llegar a causar enfermedades oculares como cataratas, conjuntivitis o glaucomas, entre otros.

Además según se desprende del informe, un 18% de los españoles confiesa no tomar ningún tipo de medida para proteger sus ojos de la radiación ultravioleta, algo sorprendente teniendo en cuenta que los españoles, tras los portugueses, somos los europeos que más horas pasamos en espacios exteriores, 31 horas a la semana.

La radiación solar está compuesta por ondas visibles e invisibles; mientras las primeras sólo resultan dañinas si nos exponemos muy intensamente a ellas, las segundas se componen de radiaciones infrarrojas y rayos ultravioletas (UVA), que son las más nocivas para el ojo.

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Por eso, las gafas no deben ser consideradas como un complemento de moda, sino como un elemento preventivo que ayuda a conservar los ojos en buen estado. Pero hay que advertir que el uso de gafas de sol que no cumplan con los requisitos de seguridad, puede provocar la dilatación excesiva de la pupila, al ser más oscuras que las correctas, y penetrar mayor cantidad de radiación ultravioleta. Ante ello, es preferible salir sin ninguna puesta a arriesgarse con gafas no homologadas.

 

¿Cómo elegir las gafas correctas?

1.- Las gafas de sol se deben comprar siempre en un establecimiento homologado, preferiblemente en una óptica, donde se asesorará sobre el mejor modelo que se adapte a según las necesidades. Hay que tener en cuenta que el uso de lentes de mala calidad pueden provocar mareos, visión doble, dolor de cabeza e, incluso, daños oculares.

2.- Deben llevar la marca CE (Conformidad Europea) como estándar mínimo de calidad que garantiza que han superado una serie de pruebas de laboratorio, como la capacidad de filtrar la luz visible y los rayos ultravioletas.

3.- Han de indicar el número de categoría de filtro:

- 4 es el que más protege y su uso es recomendable para los deportes de montaña y acuáticos.

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- 3  es el más habitual y el indicado para la playa o la montaña.

- 2  se utiliza también para hacer deporte.

- 1  para días nublados.

- 0  se usa en condiciones de poca luz o en interiores en los que la claridad es molesta.

4.- También hay que tener en cuenta el color de la lente. El verde se recomienda para deportes náuticos y de invierno pues los rayos UVA inciden más sobre el mar y sobre la alta montaña (el índice de la radiación ultravioleta aumenta un 10% por cada mil metros de altura). El marrón y naranja son idóneos para las prácticas al aire libre y para las personas operadas de cirugía refractiva y cataratas. El gris es el adecuado para la conducción. Y el amarillo se recomienda para conducir al atardecer o con niebla y para personas con problemas de retina.

5.- No existe una edad determinada para usar gafas de sol. Sin embargo, las personas que tienen ojos claros con una sensibilidad especial a la luz deben empezar a usarlas cuanto antes. Sus ojos están más expuestos a los agentes adversos, debido a que el “diafragma de la cámara fotográfica” no cumple totalmente la función de freno a la entrada de luz y provoca esa molestia.

6.- Las personas mayores también deben utilizar gafas de sol pues sus ojos están más debilitados y, por lo tanto, más expuestos a la acción nociva de los rayos solares.

7.- Tenemos que abandonar la idea de que las gafas de sol son sólo para los adultos. Sólo el 2% de la población infantil usa gafas de sol para protegerse de los rayos UV, y un 23% afirma no emplear ningún tipo de medida para proteger los ojos de sus hijos. La visión de los niños debe protegerse tanto o más que la de los mayores, pues son una población de riesgo.

En los casos en los que el niño no quiera llevar gafas, se le puede poner un sombrero o una gorra provista de una amplia visera, pues nunca debe estar expuesto prolongadamente al sol con la cara descubierta.

 

Perfil del niño con mayor riesgo

El fototipo solar de piel clara y ojos claros está muy ligado a la protección dermatológica. Los niños con estas características son los de mayor riesgo. Por ello, los cánceres de la piel del párpado son más frecuentes en las personas poco pigmentadas y sometidas a gran exposición solar como serían los australianos descendientes de europeos. Así, a nivel ocular es de esperar una relación entre ojo claro y daño solar aunque determinadas lesiones, como los pterigiones, aparecen sobre todo en personas pigmentadas.

Es de reseñar que estas patologías son más frecuentes en países y zonas con mayor índice UV, entre los que se encuentra España, según datos de la OMS. Nuestro país se encuentra en un nivel 3 de índice de radiación solar que corresponde a un nivel moderado, por lo que es casi obligado llevar siempre gorro, gafas, prendas de protección y cremas solares especialmente en el caso de los niños.

 

Consecuencias de la radiación solar sin protección

Todos los niños son susceptibles de dañar sus ojos si no se protegen de la radiación solar y los daños a corto plazo pueden producir queratitis (quemaduras solares) que en los más pequeños se manifiestancon síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos. A largo plazo, el daño es más severo, y puede afectar a distintas partes del ojo: desde una quemadura hasta un efecto cancerígeno en la piel de los párpados que se manifestará con el tiempo.

Además, se pueden producir alteraciones agudas de la córnea, lesiones degenerativas como la degeneración esferoidea y el pterigión, y quemaduras de agudas en la retina, situación grave ya que daña la visión de forma severa y permanente. Igualmente se ha relacionado la radiación solar como factor de riesgo de la degeneración macular, con una prevalencia en nuestro país cada vez mayor.


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Fuentes:  Vissum Corporación Oftalmológica, Transitions Optical https://www.vissum.com/

Fecha de actualización: 29-05-2020

Redacción: Lola García-Amado

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