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Consejos para padres de niños prematuros

Consejos para padres de niños prematuros

Se estima que anualmente nacen casi 13 millones de niños prematuros en todo el mundo –un 10% de los nacimientos–, una cifra que ha ido creciendo en los últimos años.

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Índice

 

¿Qué es un bebé prematuro?

Un bebé prematuro es aquel que nace antes de la semana 36 de embarazo, aunque existen muchas diferencias entre un bebé que nace con 24 semanas de gestación y uno de 34.

Cada día que pasa los órganos del bebé se desarrollan un poco más, además de que coge peso. Por eso, un bebé de 24 semanas tiene un 50% de posibilidades de sobrevivir y cerca del 80% de posibilidades de secuelas, mientras que uno de 34 semanas tiene un 95% de posibilidades de sobrevivir y menos del 10% de posibilidades de secuelas.

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Por eso, es importante saber los síntomas de parto prematuro y cómo evitarlo para conseguir que el pequeño no nazca antes de llegar a término.
 

Consejos para cuidar de un bebé prematuro

Con motivo del Día Internacional de los Niños Prematuros, que se celebra el 17 de noviembre, os damos a conocer un decálogo de consejos y recomendaciones para concienciar sobre la importancia de los cuidados neonatales y ayudar a los padres a cuidar y fortalecer el desarrollo de su hijo prematuro una vez que sale del hospital.

1. Busca, cuenta y siente el apoyo de la familia. Ya seas un padre novato o experto, se trata de un periodo muy intenso y emocional en tu vida, que requiere adaptarse a unas rutinas que no siempre son fáciles. Con el apoyo de familiares y amigos siempre resulta más fácil organizarse, pedir apoyo o reconfortarse.

2. Infórmate con antelación. Los niños prematuros suelen nacer tras embarazos complicados, no necesariamente de riesgo. Por lo que puedes documentarte con antelación para saber a lo que te enfrentas. Existen multitud de recursos y asociaciones donde recopilar información que te ayuden a conocer mejor lo que pasa, aconsejarte y reducir la inquietud y temores.

3. Establece relación de confianza con el equipo médico. Cada caso es diferente. Los procesos y tecnologías van cambiando en beneficio de los neonatos.  Establece una relación de confianza con el equipo médico para preguntar tus dudas, actuar de forma conjunta y estar bien informado para cuando haya que tomar decisiones rápidas.

4. La leche materna es la mejor fuente de alimentación. Que tu hijo neonato esté en la incubadora no significa que no puedas darle el pecho. La leche materna es el mejor alimento para los recién nacidos. Consulta con el equipo médico si puedes darle el pecho o extraerte la leche para dejar preparados biberones en la UCI (unidad de cuidados independientes).

5. Intenta estar cerca y pasar tiempo. Piensa que eres parte del equipo de cuidado. Consulta con el equipo médico para intentar pasar todo el tiempo que puedas con tu recién nacido. Tu voz le resulta conocida, le sonará cercana y le reconfortará. El método Canguro, es decir, el piel con piel con el bebé el mayor tiempo posible, es fundamental para su desarrollo.

6. La termorregulación es importante. Desde hace muchos años se conoce la importancia de la regulación de la temperatura y su influencia en el desarrollo del neonato. Aunque te parezca que tu hijo está sólo e indefenso las avanzadas incubadoras están diseñadas para ofrecer un microambiente idóneo para el desarrollo de los neonatos, proporcionando los niveles de oxígeno, humedad y temperatura apropiados. Están diseñadas para crear un microclima que reduce el efecto de las stress térmico manteniendo al bebé en la zona térmica neutra.

7. Conoce a tu bebé. Durante el primer año de vida el desarrollo evolutivo de los prematuros es diferente al de los bebés nacidos a término, ya que éste se basa en su edad correcta –calculada a partir de la fecha en la que debería haber nacido– y no en la edad cronológica –fecha real de nacimiento–. Infórmate para conocer mejor el desarrollo de sus habilidades y movimiento motrices y cómo puedes fomentar su avance mediante el tacto, masajes infantiles, comprensión de sus movimientos, educación temprana…

8. Prepara tu vuelta a casa. Ten en cuenta que tu recién nacido puede necesitar cierta medicación, monitorización permanente o cuidados adicionales como oxígeno. Piensa en lo que vas a necesitar, recuerda que no estás solo y pide ayuda y asesoramiento.

9. En casa también puedes pedir ayuda. Es lógico que al pasar de un entorno de vigilancia 24 horas en la UCI de neonatos en el hospital a cuidar al recién nacido en casa, tengas la sensación de que la situación te supera. No lo dudes. Pide ayuda a tu familia, amigos y equipo médico, y confirma con tu seguro privado o tu centro de sanidad público qué prestaciones o apoyo te pueden facilitar.

10. Comparte tu experiencia. Si te ves preparado para ello, comparte tu experiencia como padre con otras familias, equipo médico, asociaciones… Los avances en la investigación y los desarrollos tecnológicos han ayudado a incrementar los ratios de supervivencia de prematuros hasta niveles nunca antes conocidos. Puedes compartir tus experiencias en grupos de padres que han pasado por lo mismo.

11. Envíale mensajes positivos. Además de cogerlo en brazos todo lo posible, es importante que le hables suavemente con palabras positivas llenas de amor y seguridad para que se sienta más tranquilo y el estrés disminuya en su organismo.

12. Piensa solo en el presente. No pienses en las secuelas, la enfermedad o en lo que pasará, céntrate en el día a día, en cada paso que da y en sus pequeños avances y logros.

13. Las decisiones son vuestras. Los médicos y demás personal de medicina y pediatría están ahí para aconsejarte y hacer todo lo posible por el bebé, pero no son sus padres. Tampoco los familiares y amigos, por lo que las decisiones finales deben ser vuestras.


Fuente:

OMS

AEP

Fecha de actualización: 03-09-2021

Redacción: Irene García

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