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Bebés y gusanitos, ¿son malos para su salud?

Bebés y gusanitos, ¿son malos para su salud?

En cuanto los bebés tienen la capacidad de chupar y morder, los padres recurren a los gusanitos o aspitos para calmarles cuando lloran, controlar una rabieta o entretenerlos en las esperas o las comidas en restaurantes. Sin embargo, aunque puedan parecer inofensivos ya que están hechos de maíz natural, contienen más grasas y sal de las que debemos dar a nuestros hijos, especialmente bebés.

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¿Por qué los gusanitos no son un alimento recomendado para un bebé o un niño?

Si bien es cierto que los gusanitos contienen menos grasas y sal que otros snacks o aperitivos salados, siguen teniendo mucha más cantidad de ambos de lo que es beneficioso para la salud de un bebé o niño.

Hay que tener en cuenta que los gusanitos se elaboran a base de maíz, al que se añade aceite o grasa vegetal y sal.

- Sal: Los expertos recomiendan un consumo máximo de sal a los niños entre 1 y 3 años de 2 gramos al día, de entre 4 y 6 años de 3 g y los que se encuentran entre los 7 y 10 años de 5 gramos.

Un consumo excesivo de sal está asociado a la hipertensión y el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Sus efectos se acumulan en el tiempo, por eso hay que limitar el consumo de sal toda la vida, no solo en menores de 12 meses. Es curioso cómo muchos padres cocinan las comidas de sus hijos sin nada de sal, pero luego les ofrecen gusanitos u otros productos que contienen más sal de la recomendada para ellos. Según un estudio de la OCU publicado por la revista Consumer, las cantidades de sal en 8 productos de gusanitos y pajitas analizados variaba entre poco más del 0,7% hasta casi el 3,2%.

La legislación establece para estos productos un máximo de un 5% de sal sobre sustancia seca, por lo que todos respetan la ley, pero la cantidad de sal de muchos de estos snacks es ciertamente excesiva ya que pueden llegar a aportar hasta 0,42 gramos de sal, teniendo en cuenta que estos aperitivos no son la única fuente de sal en la alimentación infantil, con lo que contribuye a superar el límite de 2 gramos marcado por los expertos.

Si un niño pequeño se come una bolsa de gusanitos, ya habrá llegado más o menos a la cuarta parte de la ingesta de sal máxima permitida para el día.

- Grasas vegetales: Cuando hablamos de grasas no sólo importa la cantidad de grasa que contiene un alimento, sino también el tipo de grasa (las saturadas, como es sabido, son las menos saludables). En las marcas de gusanitos analizadas en el estudio anteriormente citado, las grasas provenían de aceites vegetales (girasol y soja), por lo que no contienen colesterol y predomina en ellos la grasa insaturada (buena) sobre la saturada (mala), ya que ninguna usaba aceite de palma en su composición. No obstante, su porcentaje de grasas saturadas también era alto, con porcentajes que van desde el 10 al 17% en los gusanitos y en torno al 45% en las pajitas.

En cuanto a las grasas trans, todas las marcas contenían cantidades ínfimas de este tipo de grasa que tiene la capacidad de aumentar el colesterol malo en la sangre y reducir el bueno, en ningún caso superior al 1%.

- Calorías: Estos snacks aportan entre 450 y 540 calorías cada cien gramos debido a su escaso contenido en agua, a que los ingredientes fundamentales (maíz o patata) son ricos en hidratos de carbono, y a la grasa vegetal o aceite que se emplea para freírlos u hornearlos.

Esto implica que si los niños consumen snacks antes de las comidas pueden ver reducido su apetito y perjudicar así la calidad nutritiva de su dieta. Además, al ser tan sabrosos y salados, convierten en insípidos platos saludables (como verduras, ensaladas o pescados), por lo que luego pueden mostrar rechazo a la hora de comer estos alimentos.

- Aditivos: Además, en cinco de las ocho muestras se detectó glutamato, un conocido aditivo potenciador del sabor, etiquetado como aditivo E-621, permitido pero innecesario en productos de calidad. Ninguna superaba el límite permitido por ley, pero casi todas las bolsas de gusanitos lo incluyen.

Este potenciador del sabor ha dado lugar al reconocimiento del quinto sabor después del dulce, el salado, el amargo y el ácido: el umami, considerado el “sabor” de las proteínas. Se considera inocuo para la salud en las dosis adecuadas, pero el fuerte sabor que proporciona, junto con la sal y el azúcar, en las proporciones idóneas, es capaz de provocar una especie de adicción. Por eso a todos se nos va la vista cuando vemos una bolsa de gusanitos o snacks salados y nos cuesta dejarla a medias, a pesar de sentirnos llenos. Algo que también les pasa a los más pequeños de la casa.

Todo esto supone que los gusanitos no sean tan inocuos como pensábamos, aunque es cierto que son menos malos para la salud que otros snacks. Sin embargo, lo mejor es que se los ofrezcas a tu hijo solo muy de vez en cuando y no de manera habitual.

Además, cuando lo hagas, evita las bolsas grandes y dale alguna bolsa pequeña de gusanitos o divide las grandes en varias porciones para que no se llene a gusanitos.

 

¿Qué alternativas saludables se pueden ofrecer al niño?

Si tu hijo tiene hambre entre horas, ofrécele aperitivos sanos! Existen muchas opciones donde elegir:

- puñado de frutos secos si ya es mayor para poder comerlos

- una pieza de fruta

- un yogur

- un trocito de queso

- verdudas como zanahorias, tomatitos o apio

- un huevo duro

- palomitas de maíz sin sal ni azúcar

- etc.


Fuente: 

AEP

Fecha de actualización: 19-04-2021

Redacción: Irene García

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