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El bebé rechaza la fruta

El bebé rechaza la fruta

La alimentación complementaria en la infancia se comienza a ofrecer a los 6 meses de vida, antes de ese momento los expertos recomiendan únicamente la lactancia materna como fuente de alimentación para los bebés. Las verduras, las carnes, los pescados y las frutas son los alimentos que poco a poco se van a ir introduciendo en la dieta de los más pequeños y, por lo general, estos son de buen paladar. Pero, con el tiempo y sin motivo aparente pueden comenzar a rechazar algunas de estas comidas, sobre todo las frutas y las verduras.

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Índice

 

¿Por qué el bebé rechaza la fruta?

El comportamiento de los bebés durante su crecimiento muchas veces es un misterio, más aún cuando no son capaces de comunicarse con sus progenitores. Esta situación en la que un niño o niña rechaza de repente un alimento que ya lleva un tiempo comiendo es más común de lo que se piensa.  Aunque muchas veces parece una conducta incomprensible y los padres y las madres creen que es una rabieta más, no tiene por qué ser así.

Antes de obligar a los pequeños a comer una fruta que no quieren hay que analizar sus reacciones. En muchas ocasiones su rechazo se debe a un posible dolor o malestar, por ejemplo, la acidez de la fruta que les irrita inmediatamente o la fructosa que puede causarles molestias a medio plazo.

Cuando un niño o una niña tiene alguna herida o llaga, provocada por una posible infección en la boca, es probable que no quiera comer ninguna fruta debido al dolor y la irritación que le producirá la acidez de esta. Por lo general, es algo pasajero, aunque puede que luego le cueste volver a probarlas debido al recuerdo doloroso que tiene de ellas. Asimismo, cuando les están comenzando a salir los dientes ocurre algo parecido. Las encías están hipersensibles y los dientes abriéndose paso en la boca abren heridas, las cuales son muy sensibles a los sabores ácidos de algunos alimentos.

Por otro lado, y a razón de la fructosa pueden darse otras situaciones de rechazo. La fructosa es el azúcar natural que se puede encontrar en la fruta, el cual se absorbe en el intestino y luego pasa al hígado donde se transforma en glucosa. La cuestión es que algunas personas sufren un defecto genético que les impide digerir este azúcar. En el intestino se produce una enzima que se encarga de la absorción de la fructosa y si el cuerpo no es capaz de producirla esta se acumula produciendo ácidos y gases que irritan la pared intestinal. El resultado de esto es que la poco de comer alguna fruta se produce dolor de estómago y diarrea.

Además, tras haber sufrido una gastroenteritis viral se puede producir una intolerancia pasajera a la fructosa.  Si se ha padecido una infección que ha afectado a la mucosa del intestino, donde se produce la enzima que ayuda a absorber el azúcar, se puede perder temporalmente la capacidad de digerir la fructosa. Lo normal es que pasado un periodo prudencial esta capacidad se restablezca sola al regenerarse la mucosa. 

Las causas del rechazo a la fruta no tienen por qué estar siempre relacionadas con esto, pero, en ocasiones, no se tienen en cuenta todos los posibles factores y se obliga al bebé a comer fruta por los beneficios que le aporta, lo cual no siempre es la mejor solución. Hay que tener en cuenta que si los motivos de su rechazo son alguno de los mencionados anteriormente lo más probable es que, superada esa fase de dolor o molestia, vuelva a comer fruta con normalidad.

Sin embargo, los niños y las niñas no son conscientes de las cosas que les convienen y son buenas para su salud y desarrollo. A veces, su rechazo hacia la fruta se puede deber a que está pasando una fase de selección de la comida, de las cosas que le gustan y de las que no. Es probable que rechace las frutas porque sencillamente prefiere otras cosas. 

Esto suele suceder cuando la dieta del pequeño no es la más adecuada ni la más conveniente para su salud. Cuando desde bien temprano se le ofrecen alimentos azucarados como, por ejemplo, los yogures, es frecuente que los niños y las niñas lo vayan suplantando ya que son más apetecibles que una pieza de fruta. La solución a esto es simple.
 

Consejos para bebés que rechazan la fruta

- Eliminar de la dieta del pequeño estos alimentos que están provocando su rechazo hacia la fruta. Los productos azucarados no le aportan nada que una dieta rica y equilibrada no le esté ofreciendo.

- No hay que obligarlo a que coma más. Los bebés saben cuándo están saciados y llenos. Darles de comer de más suele ser una solución contraproducente.

- Ofrecerle en un único plato comida variada de la cual comerán la cantidad que quieran.

Son los progenitores los encargados de aportarles una dieta variada y equilibrada, pero los pequeños son los únicos que saben cuanta comida pueden y quieren comer.


Fuentes: Blog en Familia AEPED y el blog del pediatra Jesús Garrido García.

Fecha de actualización: 22-04-2021

Redacción: Andrea Rivero

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